En Japón, la innovación tecnológica encontró una curiosa aplicación en la protección de la vida silvestre. Un tren experimental comenzó a emitir sonidos similares a los ladridos de un perro y los resoplidos de un ciervo, con el objetivo de mantener alejados a los animales que suelen cruzar las vías en zonas rurales.
La medida surgió tras detectar un alto número de atropellos de ciervos, un problema que ponía en riesgo tanto a la fauna como a los pasajeros. Los investigadores descubrieron que los animales reaccionan de manera instintiva ante estos sonidos y se retiran antes de que el tren llegue a su altura.
De esta forma, Japón apuesta por un sistema inteligente y respetuoso con la naturaleza, que no solo protege a los ciervos y otras especies, sino que también reduce la posibilidad de accidentes ferroviarios.
Este innovador método refleja cómo la tecnología puede adaptarse a las necesidades locales, combinando seguridad, eficiencia y cuidado del medio ambiente.


