El derretimiento acelerado de los glaciares en la isla Wilczek, ubicada en el archipiélago de Franz Josef Land, al norte de Rusia, dejó al descubierto un hallazgo sorprendente: restos fósiles de grandes cetáceos en un estado de conservación excepcional.
Investigadores del Instituto de Investigación Ártica y Antártica (AARI) documentaron el descubrimiento tras comprobar, mediante imágenes satelitales, que la capa de hielo de la zona se fragmentó en dos, liberando varios kilómetros cuadrados de terreno antes cubierto por permafrost.
Entre las capas de hielo se localizaron esqueletos de ballena de gran tamaño, algunos todavía emergiendo desde el suelo congelado. Según explicó el investigador Nikita Demidov, estos vestigios apuntan a un episodio de cambio muy rápido del nivel del mar ocurrido en los últimos miles de años.
Aunque aún no se ha confirmado el número exacto ni las especies a las que pertenecen los restos, las imágenes difundidas sugieren la presencia de varios ejemplares de gran tamaño. Los expertos destacan que se trata de un fenómeno natural, sin intervención humana, lo que lo diferencia de otros lugares como Whale Bone Alley, en la isla Yttygran.
Este hallazgo es considerado un efecto colateral del cambio climático. Entre 2000 y 2023, los glaciares del planeta perdieron más de 6.500 millones de toneladas de hielo, lo que, aunque devastador para el ecosistema, ha permitido acceder a restos biológicos ocultos durante milenios.
En el pasado, hallazgos similares ocurrieron en lugares como el desierto de Atacama en Chile, donde se descubrieron más de cuarenta esqueletos de ballena en 2010, posiblemente muertos tras una proliferación de algas tóxicas.
Lo descubierto en Rusia se suma ahora a la lista de misteriosos cementerios marinos prehistóricos que resurgen con el retroceso de los glaciares.


