Después de décadas de planes frustrados, el gobierno de Italia dio finalmente luz verde al ambicioso proyecto de construcción del puente colgante más largo del mundo sobre el estrecho de Mesina, que conectará la isla de Sicilia con la región continental de Calabria. La estructura tendrá una longitud de 3.300 metros y una inversión estimada de 13.500 millones de euros.
El anuncio fue realizado por el ministro de Infraestructura y viceprimer ministro Matteo Salvini, quien confirmó que las obras comenzarán entre septiembre y octubre de 2025, con fecha de finalización prevista entre 2032 y 2033. La construcción estará a cargo del consorcio Eurolink, liderado por la empresa italiana Webuild, e involucrará a 235 compañías, incluyendo la española Sacyr, y firmas japonesas y danesas.
El puente será sostenido por dos torres de 399 metros de altura y contará con tres carriles por sentido, dos vías ferroviarias y carriles de servicio, permitiendo el paso de hasta 6.000 vehículos por hora y 200 trenes al día. Además, el tablero se elevará 72 metros sobre el mar para facilitar el tránsito de grandes embarcaciones. El tiempo de cruce entre Calabria y Sicilia se reducirá drásticamente: de las actuales 2 a 3 horas en ferry a tan solo 15 minutos por carretera y 10 minutos en tren.
El proyecto, que se remonta a propuestas del año 1971 y fue relanzado sin éxito por Silvio Berlusconi en la década de 2000, ha sido retomado con fuerza por el gobierno de Giorgia Meloni, que lo considera una infraestructura estratégica para el desarrollo económico del sur de Italia y una herramienta clave para completar las redes transeuropeas de transporte.

Sin embargo, el plan enfrenta resistencias locales por su impacto ambiental, las posibles demoliciones en barrios de Messina y el riesgo de infiltración de mafias como la ‘Ndrangheta y la Cosa Nostra. Organizaciones ciudadanas y medioambientales ya han advertido sobre el daño al ecosistema marino y las consecuencias sociales.
Pese a las críticas, el gobierno asegura que el proyecto generará alrededor de 120.000 empleos y movilizará más de 23.000 millones de euros en inversiones, consolidándose como una de las obras de ingeniería más grandes del mundo. ¿Será finalmente el puente que una a Italia con su isla más emblemática? Esta vez, todo parece indicar que sí.


