Rescatista explica por qué no pudo salvar al hombre atrapado

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Redactora Social
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Una tragedia que marcó la historia del espeleísmo

Lo que comenzó como una excursión de exploración subterránea terminó en una desgarradora tragedia que impactó al mundo. En noviembre de 2009, John Edward Jones, un joven estudiante de medicina de 26 años, quedó atrapado en la estrecha cavidad de la cueva Nutty Putty, en Utah, Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos desesperados de más de 100 rescatistas, incluyendo algunos de los más experimentados en espeleología del país, la complejidad del rescate impidió salvar su vida.

A más de una década del suceso, uno de los rescatistas que lideraron los esfuerzos, Tom Hodgson, explicó por qué no fue posible liberar a John y detalló los momentos más críticos de la operación. Su testimonio brinda una mirada humana a una misión que lamentablemente no tuvo un final feliz 😔.

¿Qué es la cueva Nutty Putty?

Nutty Putty es una cueva de origen natural conocida por sus estrechos pasajes en el estado de Utah. Aunque alguna vez fue un popular lugar de exploración para aficionados y espeleólogos experimentados, su complejidad geológica ha sido considerada potencialmente peligrosa.

Con pasajes tan angostos como 25 cm de ancho y 45 cm de alto, Nutty Putty presentaba desafíos extremos. En años previos al accidente de 2009, ya se habían registrado múltiples rescates en zonas difíciles de la cueva, lo que llevó a que fuera cerrada temporalmente por razones de seguridad.

John Edward Jones: una excursión que terminó en tragedia

John Edward Jones, padre de una hija pequeña y con otro hijo en camino, se encontraba visitando Utah para celebrar el Día de Acción de Gracias con su familia. Junto a su hermano Josh y otros amigos, decidieron visitar Nutty Putty para rememorar aventuras pasadas.

Al ingresar a la cueva, John cometió un error fatídico: confundió uno de los pasajes principales con otra sección extremadamente angosta y descendió varias secciones hasta quedar completamente inmovilizado. Quedó atrapado cabeza abajo, en una posición que hacía aún más peligrosa la operación de rescate.

El desafío del rescate: condiciones extremas y falta de espacio

Rescate contrarreloj ⏳

Cuando los servicios de emergencia fueron alertados, comenzó una operación que duraría más de 27 horas. Según relató Tom Hodgson, rescatista con años de experiencia, llegar hasta John fue una hazaña por sí misma.

«Para llegar a donde estaba John, era necesario descender con los brazos por delante, arrastrarse tipo serpiente y maniobrar a través de curvas extremadamente estrechas.»

El joven había quedado encajado en un pasaje vertical que se estrechaba en su tramo final, con el pecho comprimido, lo que comprimía sus pulmones y empeoraba su circulación. A lo largo del rescate, los equipos intentaron colocar poleas, sistemas de cuerda e incluso insertar bolsas de aire para empujar suavemente su cuerpo hacia arriba. Sin embargo, el sistema falló tras horas de esfuerzo.

La gravedad de estar cabeza abajo 😨

Una de las dificultades más críticas fue la posición en la que John quedó atascado. Estando cabeza abajo durante tanto tiempo, la sangre se acumula en la parte superior del cuerpo, lo que puede provocar insuficiencia cardíaca, derrames o la muerte. Según estimaciones médicas, una persona no puede mantenerse cabeza abajo por más de unas pocas horas sin consecuencias letales, y John permaneció así por más de un día.

Hodgson recordó que intentaron conversar con él, mantenerlo despierto y alentarlo psicológicamente. Incluso compartieron oraciones junto a sus familiares.

Las palabras del rescatista: «Le fallamos, y eso me dolerá siempre»

En una entrevista reciente con el medio LADbible, Tom Hodgson reconoció el dolor emocional del equipo ante la impotencia que sintieron:

«Todos buscamos señales de esperanza. Cada vez que logramos mover su cuerpo unos centímetros, creímos que lo lograríamos. Pero no fue suficiente. Sentíamos que no podíamos rendirnos, pero también que el cuerpo humano tiene límites que no podemos ignorar.»

Tras más de 27 horas de esfuerzo sin resultado, John Edward Jones falleció dentro de la cueva. Su cuerpo no pudo ser recuperado debido a las condiciones peligrosas del terreno, por lo que Nutty Putty fue sellada permanentemente. Hoy la cueva permanece cerrada con una placa conmemorativa en su honor.

El cierre de Nutty Putty y su legado

Tras la tragedia, las autoridades de Utah decidieron cerrar la cueva indefinidamente, opinando que el rescate representó riesgos inaceptables para los voluntarios y rescatistas. En 2010, se instaló una placa de cemento cerca del punto donde se encuentra el cuerpo de John, transformando la sección en una tumba permanente.

Esta tragedia sirvió como llamado de atención para reforzar protocolos de seguridad en exploraciones subterráneas. Numerosos grupos espeleológicos promovieron mejores prácticas, uso de mapas actualizados, limitaciones de acceso a áreas peligrosas y entrenamiento previos a exploraciones.

Lecciones que dejó esta tragedia 📚

La historia de John Edward Jones ha sido utilizada globalmente para concientizar sobre los riesgos del espeleísmo. Algunos puntos clave para considerar:

  • Explorar solo con expertos: Las cuevas complejas requieren experiencia, equipo adecuado y planificación previa.
  • Estudiar mapas detallados: Conocer la estructura y riesgos del área reduce errores fatales como la confusión de pasajes.
  • Comunicación de emergencia: Informar siempre a alguien fuera de la cueva sobre el itinerario y duración estimada.
  • Conocer límites físicos: No todos los cuerpos son aptos para espeleología en zonas de alta dificultad.

¿Quién fue John Edward Jones?

John nació en 1983 y se encontraba cursando la carrera de medicina. Era padre y esposo dedicado, profundamente religioso y aficionado a la espeleología desde muy joven. La trágica situación conmovió a miles, y su historia fue recreada en medios de comunicación, documentales e incluso películas como The Last Descent (2016).

Conclusión: una lección de humanidad y coraje

El caso de John Edward Jones se convirtió en un símbolo de los peligros reales que pueden presentar ciertas actividades aparentemente recreativas. A pesar de los esfuerzos y valentía de los rescatistas como Tom Hodgson, la naturaleza puede presentar desafíos insuperables.

Su recuerdo permanece como un llamado a la preparación, la precaución y el respeto por la naturaleza. Y también

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