No todas las grandes fortunas se destinan a megaproyectos comerciales o a expandir imperios empresariales. En un gesto que combina filantropía y compromiso ambiental, Jack Ma, fundador de Alibaba, invirtió 23 millones de dólares para adquirir más de 28.000 acres (unos 113,75 km²) de terreno en las montañas Adirondack, en el estado de Nueva York, y convertirlos en un santuario natural protegido.
La propiedad, conocida como Brandon Park, alberga 9 millas del río Saint Regis, arroyos con truchas, densos bosques, lagos, estanques y hasta una instalación de producción de jarabe de arce. Desde que la adquirió en 2015, Ma ha enfocado sus esfuerzos en preservar la biodiversidad y evitar que actividades como la tala o la minería amenacen la zona.
Lo más significativo es que esta es su primera inversión en conservación fuera de China, gestionada a través de una nueva entidad sin fines de lucro. Además, su vínculo con The Nature Conservancy, organización de la que forma parte del consejo, refuerza su papel como impulsor del “capitalismo verde”, un modelo que busca equilibrar rentabilidad y sostenibilidad.
Con este proyecto, Ma no solo protege hábitats y especies, sino que también envía un mensaje claro: el poder económico puede ser una herramienta para salvar el planeta. Su santuario en Nueva York podría convertirse en un ejemplo inspirador para otros empresarios y redefinir cómo se concibe la inversión filantrópica a nivel global.
