Un vuelo de Condor Airlines vivió momentos de auténtico pánico cuando parte de un Boeing 747 comenzó a arder en pleno aire con 273 pasajeros y 8 tripulantes a bordo. El avión, que había partido desde Corfú (Grecia) rumbo a Düsseldorf (Alemania), tuvo que desviarse de urgencia y aterrizar en Brindisi, Italia, para evitar una tragedia.
El episodio ocurrió a casi 11.000 metros de altura, cuando los pasajeros vieron fuego saliendo de uno de los motores. El terror se apoderó de la cabina y muchos comenzaron a despedirse de sus seres queridos. “Se acabó”, relató un pasajero al medio alemán Bild.
Tras más de 40 minutos de incertidumbre, el piloto logró aterrizar de emergencia. Los bomberos apagaron el motor afectado en la pista, mientras el aeropuerto cerraba su tráfico aéreo por media hora. Milagrosamente, no se registraron heridos.
Según explicó la aerolínea, no se trató de un incendio total del motor, sino de una “reacción inusual” en la cámara de combustión que generó las llamas visibles. Aun así, las imágenes grabadas desde tierra muestran un panorama estremecedor.
La situación no terminó en la pista. Brindisi no contaba con suficiente capacidad hotelera para recibir a los casi 300 pasajeros, por lo que muchos tuvieron que dormir en el aeropuerto con mantas y vales de comida, mientras que otros fueron alojados en los pocos hoteles disponibles. Condor prometió reembolsar a quienes tuvieron gastos extra.
Al día siguiente, la compañía envió otro avión para completar el trayecto y todos los pasajeros llegaron finalmente a Düsseldorf.
“La seguridad de nuestros pasajeros y empleados es siempre nuestra máxima prioridad”, declaró Condor en un comunicado oficial.
