En tiempos donde las aplicaciones de citas dominan la forma de relacionarse, una idea inesperada está tomando fuerza desde lo alto de las montañas suizas: un cuaderno rojo en el que los excursionistas dejan mensajes, números de contacto e historias personales. Este gesto, bautizado como el “Tinder de las montañas”, está convirtiéndose en un puente para encuentros auténticos en medio de la naturaleza.
Una historia que empezó con un mensaje en la cima
La experiencia de Cathy y Patrick refleja el espíritu de la iniciativa. Cansada de las apps, Cathy dejó escrito un mensaje en la cima del Wandflue (2.133 m): hablaba de su amor por las caminatas y el vino. Una semana después, Patrick leyó esas palabras y decidió contactarla. El encuentro marcó el inicio de una relación nacida de la simpleza, sin algoritmos de por medio.
Detrás de esta tendencia está el montañista Thibaud Monney, quien comenzó a dejar libretas en diferentes cumbres. La primera surgió tras un momento de soledad en el Dent de Broc, cuando escribió una invitación para compartir experiencias. Lo que empezó como una broma entre amigos, se transformó en un fenómeno que ya ha unido a parejas no solo en Suiza, sino también en otros países.
Conexiones más allá de la pantalla
Aunque no hay estadísticas exactas de cuántas parejas se han formado, Monney asegura haber recibido decenas de mensajes de agradecimiento. La clave, dice, está en que quienes escriben o responden comparten una pasión común: la naturaleza y el senderismo. Ese interés compartido actúa como un filtro natural, donde solo llegan quienes están dispuestos a subir montañas y a vivir la experiencia fuera de lo digital.
Este enfoque no solo genera vínculos más sólidos, sino que también resalta la importancia del ejercicio, el aire libre y el bienestar emocional como catalizadores para el amor.
Una lección de autenticidad

Más allá del romance, el “Tinder de las montañas” deja aprendizajes sobre innovación y comunidad. En lugar de depender de algoritmos y campañas de marketing, el éxito radica en la simplicidad y autenticidad. Monney demuestra que, cuando un proyecto se centra en la experiencia real del usuario, puede trascender modas y construir una comunidad fiel y significativa.
La esencia del encuentro humano
En un mundo saturado de pantallas, esta iniciativa recuerda que a veces lo más básico es lo más poderoso. Un cuaderno rojo en lo alto de una montaña puede convertirse en la chispa de una historia de amor. Al final, no se trata de tecnología, sino de volver a lo esencial: compartir lo que apasiona y dejar que la conexión surja naturalmente.

