En Grecia se están desarrollando iniciativas innovadoras e inclusivas para que las personas con discapacidad puedan acceder al mar con mayor facilidad y seguridad. A lo largo de varias playas del país se han instalado infraestructuras adaptadas, entre ellas sillas de baño motorizadas que se desplazan por un riel y permiten ingresar directamente al agua sin necesidad de asistencia.
Estas soluciones están transformando la experiencia de muchas personas que antes encontraban barreras prácticamente infranqueables para disfrutar del mar. Un ejemplo es el de Marcela, quien gracias a esta tecnología puede finalmente vivir la experiencia de nadar y moverse en el agua con independencia.
El proyecto busca no solo mejorar la accesibilidad, sino también garantizar el derecho al ocio, la recreación y la inclusión de todas las personas. Además, representa un paso importante hacia un turismo más consciente y respetuoso con la diversidad, que abre las puertas a que cada vez más personas puedan disfrutar de la belleza del mar griego sin limitaciones.


