En pleno desierto, un proyecto ambicioso está transformando el paisaje como nunca antes: montañas enteras son removidas, edificios modulares se ensamblan a gran velocidad y la ingeniería moderna da vida a una ciudad lineal de 170 kilómetros de extensión.

Se trata de The Line, parte del megaproyecto Neom en Arabia Saudita, que busca convertirse en un ícono mundial de sostenibilidad, urbanismo inteligente y tecnología de vanguardia. Con una inversión que supera los 500 mil millones de dólares, la iniciativa promete un modelo urbano sin autos, sin emisiones de carbono y con una integración total entre naturaleza y habitantes.
La construcción se basa en técnicas modulares y prefabricadas, lo que permite levantar edificios en tiempo récord y con una precisión milimétrica. Este método no solo agiliza el proceso, sino que también reduce costos e impacto ambiental, en comparación con la construcción tradicional.
La magnitud del proyecto es tal que incluso se están moviendo montañas enteras para adaptar el terreno al diseño futurista. En paralelo, ingenieros y arquitectos trabajan en la integración de energías renovables, transporte inteligente y sistemas de gestión de recursos, convirtiendo la ciudad en un laboratorio de innovación urbana.

Sin embargo, no todo avanza al ritmo esperado. El megaproyecto ya ha enfrentado retrasos, recortes y problemas de costos, lo que obligará a que su primera fase sea más reducida de lo anunciado inicialmente.
Aun así, The Line sigue siendo una de las apuestas urbanísticas más audaces de la historia. Una visión que combina ciencia ficción y realidad, y que podría redefinir cómo serán las ciudades del futuro: colosales, sostenibles y diseñadas para priorizar a las personas y al entorno natural.

