En China, la experiencia de ir de compras alcanzó un nivel que parece sacado de una película de ciencia ficción. Allí abrió sus puertas un centro comercial único en el mundo: un espacio donde los pasillos están llenos de perros robóticos que responden a las miradas, gatos mecánicos que se mueven como si fueran reales y humanoides capaces de jugar al básquet o marcar goles.
El lugar, conocido como Robot Mall, forma parte de un distrito tecnológico diseñado para mostrar los avances más sorprendentes en robótica y entretenimiento. A diferencia de un shopping tradicional, aquí los visitantes no solo pasean entre tiendas: pueden probar, interactuar y hasta comprar robots con apariencia de mascota o con rasgos humanos.
La propuesta busca acercar la innovación al público de una manera directa. En lugar de exhibiciones estáticas, cada robot invita a una experiencia: algunos saludan, otros responden a comandos de voz, otros invitan al juego y varios reproducen gestos de animales domésticos con un realismo inquietante.
Más allá de la diversión, el Robot Mall refleja el rumbo de la industria tecnológica: la convivencia cada vez más estrecha entre humanos y máquinas. Lo que hoy se presenta como una atracción de compras y turismo, mañana podría convertirse en parte de la vida cotidiana, desde la compañía de mascotas robóticas hasta la asistencia de humanoides en tareas domésticas.
Este centro comercial no solo vende productos: vende una visión del futuro, en la que las fronteras entre la tecnología y la vida diaria se desdibujan, y donde pasear por un shopping puede significar encontrarse con tu próximo perro… o con tu primer vecino robot.

