Un desafío nunca antes visto llevó la escalada a otro nivel —literalmente—. El esloveno Domen Škofic se convirtió en el primer ser humano en realizar una escalada aérea bajo las alas de un planeador en movimiento, alcanzando una altura de 2.500 metros.
La hazaña, considerada pionera en el mundo del deporte extremo, exigió una combinación única de precisión, resistencia y sangre fría. Škofic trepó por una estructura especialmente diseñada y suspendida bajo la aeronave mientras enfrentaba vientos gélidos, turbulencias y temperaturas bajo cero.
El desafío no terminó en la cima: tras completar la ruta, el escalador se lanzó al vacío en un salto en paracaídas que coronó un espectáculo de pura adrenalina.

Con esta proeza, Škofic no solo escribió un nuevo capítulo en la historia de la escalada, sino que también amplió los límites de lo que el cuerpo humano es capaz de lograr cuando la pasión y la audacia se encuentran a miles de metros de altura.

