Miles de pepinos de mar cubrieron esta semana la arena de la ciudad costera de Seaside, en el estado de Oregon (Estados Unidos), en un espectáculo natural tan sorprendente como preocupante. Las imágenes, que rápidamente se viralizaron, muestran una extensa franja de playa teñida de tonos rosados por la presencia de estas criaturas marinas gelatinosas.
Según explicaron especialistas del Acuario de Seaside, la invasión se debió a una combinación poco común de fuerte oleaje y marea baja, que arrastró a los animales fuera de su hábitat natural. El resultado fue un tapiz viviente de más de 3 kilómetros de largo cubierto por miles de pepinos de mar.
Criaturas curiosas pero frágiles
Los pepinos de mar —de nombre científico Leptosynapta clarki— son organismos blandos, parcialmente translúcidos y de color rosado, conocidos por su sistema de respiración cutánea, es decir, respiran a través de la piel. Suelen habitar enterrados en la arena a lo largo de la línea de marea baja, donde contribuyen al equilibrio ecológico del ecosistema marino.
Sin embargo, una vez fuera del agua, no son capaces de regresar por sí mismos al mar, lo que significa que la mayoría se secará y morirá bajo el sol. “Literalmente, cubren la línea de marea”, explicó Tiffany Boothe, subgerente del Acuario de Seaside. “Miden alrededor de 1,3 centímetros, aunque pueden alcanzar hasta 15. No pueden desplazarse de regreso, por lo que el desenlace es inevitable”.
Una tragedia cíclica en la naturaleza
Aunque el fenómeno parece extraordinario, Boothe aclaró que sucede de forma ocasional, cada ciertos años, cuando coinciden las condiciones perfectas de oleaje y marea. “A veces aparecen algunos ejemplares dispersos, pero en esta ocasión hubo enormes concentraciones a lo largo de la playa”, señaló.
Los cuerpos de los pepinos de mar, una vez secos, servirán de alimento y nutrientes para otros organismos costeros, como saltamontes de playa, pulgas de arena y diversos invertebrados. Curiosamente, las aves no se alimentan de ellos. Con el paso de los días, los restos se descompondrán y se mezclarán con la arena, desapareciendo casi por completo.
Un fenómeno que fascina y preocupa
Para los visitantes, la escena fue tan hipnótica como desconcertante. Miles de cuerpos rosados cubriendo la costa de Oregon ofrecían un aspecto casi surrealista, un recordatorio de cómo la fuerza del océano puede alterar de manera drástica la vida marina.
Los expertos estiman que para este jueves la playa volverá a su aspecto habitual, aunque el recuerdo del suceso persistirá entre los locales. “Es un recordatorio de lo frágil que puede ser el equilibrio natural”, comentó Boothe.
Los pepinos de mar Leptosynapta clarki se distribuyen a lo largo de la costa del Pacífico, desde el norte de California hasta el Golfo de Alaska, y cumplen un rol fundamental en los fondos marinos, donde filtran el sedimento y contribuyen a mantener limpio el ecosistema.
La ciudad de Seaside, ubicada a unos 129 kilómetros al noroeste de Portland, se convirtió así, al menos por unos días, en el escenario de uno de los fenómenos naturales más llamativos de la temporada: una playa cubierta por miles de pequeñas criaturas que, aunque inofensivas, recordaron que el mar sigue siendo tan impredecible como poderoso.
