Una tabla de surf personalizada que se perdió en el mar de Tasmania en mayo de 2024 fue hallada un año y medio después en la costa oeste de Nueva Zelanda, tras recorrer más de 2.400 kilómetros a la deriva. La historia, que conmovió a la comunidad surfista internacional, tendrá un final feliz: su dueño australiano, conocido como Liam, se reencontrará con ella esta semana en Auckland, según informó la BBC.
Liam había perdido su tabla cuando fue arrastrada por el viento durante una sesión en el mar. El objeto tenía un diseño único y gran valor sentimental, ya que su fabricante había dejado de producir ese modelo. “No podía creerlo”, confesó el surfista al enterarse de que su compañera de olas había sobrevivido a la travesía oceánica.
El hallazgo se produjo gracias a Álvaro Bon, un kitesurfista francés que vive desde hace una década en Nueva Zelanda. Mientras practicaba en el puerto de Raglan, en condiciones climáticas adversas, debió soltar su cometa para evitar ser arrastrado. Al refugiarse en una zona de dunas, notó entre la arena una tabla color crema cubierta de mejillones y percebes, pero sorprendentemente intacta.
Intrigado, Bon publicó fotos del hallazgo en redes sociales con la pregunta: “¿Podría haber venido desde Australia?”. Su publicación se viralizó rápidamente y surfistas de distintos países comenzaron a compartir las imágenes hasta que un amigo de Liam reconoció la firma del fabricante y logró ponerlos en contacto.

Para confirmar la propiedad, Liam envió fotos antiguas de su tabla, y el intercambio terminó en un reencuentro tan inesperado como emotivo. La tabla será enviada de regreso a Australia, cerrando así una odisea marina marcada por el azar y la persistencia de las corrientes del Pacífico Sur.
“Cada historia tiene un significado”, reflexionó Bon al hablar con la BBC. “El día que encontré la tabla, perdí mi cometa. Tal vez esa sea la lección: a veces hay que dejar ir ciertas cosas para encontrar algo mejor”.

