Un hallazgo reciente confirmó que el tiburón gatopardo (Notorynchus cepedianus) es uno de los grandes viajeros del mar argentino. Una hembra de esta especie, marcada por científicos del Conicet en la Ría de Puerto Deseado, Santa Cruz, fue recapturada ocho meses después en aguas de Rocha, Uruguay, tras nadar más de 1.700 kilómetros hacia el norte.
El descubrimiento ocurrió el 10 de octubre, cuando pescadores de La Paloma encontraron al tiburón en la zona del Bajo Falkland. Al examinarlo, notaron una marca científica en la base de la aleta dorsal y, al reportarlo a la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA), se confirmó que provenía del Programa de Marcado de Tiburones de Argentina, coordinado por el Laboratorio de Ecología de Peces del CESIMAR-CONICET.

El ejemplar, una hembra de 187 centímetros y 26 kilos, se convirtió en la primera recaptura de un tiburón gatopardo argentino en Uruguay, lo que demuestra que la especie recorre todo el Atlántico Sur y conecta ecosistemas marinos entre ambos países.
Pero la sorpresa no terminó ahí. Trece días después, el 23 de octubre, pescadores artesanales de Costa Azul, Canelones, capturaron un segundo tiburón gatopardo, esta vez un macho adulto de 191 centímetros y 40 kilos, también marcado. Había sido identificado tres años antes, en Bahía Blanca, dentro del programa “Conservar Tiburones en Argentina” (WCS Argentina, Museo de La Plata y Museo Argentino de Ciencias Naturales).
Cada tiburón llevaba una etiqueta única con información de referencia, lo que permitió a los científicos reconstruir su recorrido y estimar su crecimiento. Gracias a la colaboración de pescadores recreativos y artesanales, los investigadores pudieron obtener muestras biológicas clave para seguir comprendiendo la ecología de esta especie.

El investigador Alejo Irigoyen (CESIMAR-CONICET) destacó la relevancia del hallazgo:
“Estos movimientos confirman más de una década de investigación sobre un depredador tope del Mar Argentino del que hasta hace poco sabíamos muy poco. Con estas recapturas demostramos que el modelo de migración que habíamos propuesto para el Atlántico Sur —entre Argentina, Uruguay y el sur de Brasil— era correcto”.
Con estos registros, el tiburón gatopardo se consolida como una de las especies clave del ecosistema marino del Cono Sur, símbolo de la conectividad biológica entre los mares de Argentina y Uruguay, y una muestra de cómo la ciencia y los pescadores pueden trabajar juntos para proteger la vida del océano.

