Mar del Plata, cuna del surf argentino, sumará en diciembre un nuevo ícono a su identidad costera: el Museo Internacional de Surf y Cultura de Playa, un espacio dedicado a la historia, el arte y la pasión por este deporte que transformó la relación de la ciudad con el mar. El proyecto, impulsado por el marplatense Fernando Aguerre, presidente de la Asociación Internacional de Surf (ISA) y cofundador de la histórica “Ala Moana Surfshop”, tendrá su sede en una casona patrimonial ubicada sobre la costa, frente a Playa Grande.
El edificio, una joya arquitectónica de 1942 diseñada por Albino Marshall, será completamente restaurado y adaptado para su nueva función. Con más de 750 metros cuadrados cubiertos y un altillo de 150, la casona conservará su estructura original, incluyendo los pisos, sanitarios, calefacción central a radiadores y un ascensor Otis de época. Las obras, a cargo de la arquitecta Vicky Salas, buscan devolverle su esplendor histórico combinando materiales originales con infraestructura moderna.

“Queremos preservarla tal como era cuando se construyó, pero adaptada a los tiempos actuales. Es una casa de playa con alma, y nuestro objetivo es cuidarla con amor para que siga viva y abierta a todos”, explicó Aguerre en una entrevista con Mesa Chica (La Capital y Canal 8).
El espacio, bautizado “Ala Moana Surf Chalet”, incluirá el Museo del Surf y de la Cultura de Playa, un surf shop y un área gastronómica dedicada a la comida saludable y orgánica. También contará con un SUM para actividades comunitarias y eventos de ONGs locales, consolidándose como un punto de encuentro cultural y social frente al Parque San Martín.
El museo reunirá una colección que Aguerre comenzó hace más de 45 años, con tablas históricas de madera de Hawaii, piezas de campeones mundiales y otros objetos únicos que narran la evolución del surf a nivel global. “Surfear me permitió recorrer el mundo y construir una historia que ahora quiero compartir bajo un mismo techo. Este museo será el hogar de esa memoria”, destacó el impulsor del proyecto.
Aguerre, quien fue clave para que el surf se convirtiera en deporte olímpico en Tokio 2021, también subrayó el vínculo espiritual que une al mar con la comunidad marplatense. “Con más de 50 años surfeando, nunca tomé dos olas iguales. Cada ola es energía que te transforma. El mar cura, enseña y te recuerda que todo cambia”, afirmó.
Por último, el surfista llamó a una mayor conciencia ambiental y al cuidado del espacio público: “Gran parte de la contaminación del mar proviene de lo que arrojamos en tierra. Todo lo que tiramos, cuando llueve, termina en el océano. Tenemos que entender que lo público es de todos y cuidarlo como tal”.
El Museo Internacional del Surf y la Cultura de Playa abrirá sus puertas en diciembre, frente a las olas de Playa Grande, con la misión de preservar la historia del surf y celebrar el espíritu libre y transformador del mar.

