Exploran una cueva en Turkmenistán y descubren un animal que se creía extinto desde hace 55 años

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Un hallazgo extraordinario en el desierto del Karakum, en Turkmenistán, ha sorprendido a la comunidad científica internacional. Durante una reciente expedición, un grupo de investigadores logró documentar a un pequeño mamífero volador que se creía desaparecido desde hace más de medio siglo: el murciélago de orejas largas turkmeno (Plecotus turkmenicus).

El animal no había sido visto desde 1970, y su existencia solo se conocía a través de unos pocos ejemplares conservados en museos de Rusia. Ahora, gracias a una misión encabezada por el Museum für Naturkunde de Berlín, junto con científicos de Uzbekistán y Turkmenistán, se confirmó que la especie sigue viva, rompiendo más de cinco décadas de silencio biológico.

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Los investigadores localizaron primero una hembra joven refugiada en una grieta cercana a una zona en demolición y, días después, identificaron un macho adulto en una cueva situada a unos 87 kilómetros de distancia, próxima a la frontera uzbeka. Por primera vez, se obtuvieron imágenes y videos en alta definición que permitieron analizar con detalle su morfología, el tono de su pelaje y sus hábitos nocturnos.

El murciélago de orejas largas del Turkestán se caracteriza por sus enormes orejas, que le otorgan una notable capacidad de ecolocalización. Su adaptación a espacios naturales y estructuras humanas, como pozos o edificaciones abandonadas, sugiere una sorprendente flexibilidad ecológica, posiblemente la clave que permitió su supervivencia en un entorno árido y cada vez más hostil.

El cambio climático ha transformado profundamente la región del Karakum, reduciendo la vegetación y alterando los ecosistemas locales. Los científicos creen que estos cambios, junto con la pérdida de refugios naturales, provocaron la drástica disminución de su población. A raíz del descubrimiento, las autoridades turkmenas anunciaron la creación de una zona protegida de más de 50.000 hectáreas para conservar tanto al Plecotus turkmenicus como a otras especies amenazadas, entre ellas el asno salvaje asiático (Equus hemionus).

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Los expertos esperan que esta iniciativa no solo garantice la protección del murciélago, sino también la de un ecosistema frágil que enfrenta condiciones extremas de temperatura y escasez de agua. Además, el hallazgo de un ejemplar cerca de la frontera ha despertado el interés por posibles poblaciones en Uzbekistán, lo que abre nuevas líneas de investigación sobre su distribución y comportamiento.

Este redescubrimiento demuestra que, incluso en los rincones más inhóspitos del planeta, la vida encuentra la forma de persistir. Un recordatorio de que la naturaleza aún guarda secretos que desafían el tiempo, la extinción y nuestras propias expectativas científicas.

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