En pleno corazón de los Alpes italianos está por aterrizar una idea tan audaz que muchos ya la llaman “la locura más elegante de la montaña”. La oficina internacional de diseño Carlo Ratti Associati (CRA) presentó un vivac futurista que podría transformar la forma en que los montañistas se refugian en la naturaleza. Y sí: es tan increíble que cuesta creer que sea real.
El vivac, esa modalidad extrema en la que se duerme sin tienda, apenas con lo esencial, siempre fue sinónimo de minimalismo, supervivencia y contacto puro con el entorno. Pero CRA decidió darle la vuelta por completo a ese concepto. Su propuesta combina tecnología, diseño digital y respeto por el paisaje alpino en una estructura que parece salida de una película.
Lo más llamativo es que este refugio de montaña no se construirá en su ubicación final. Será fabricado en otro lugar y luego transportado en helicóptero a su destino definitivo entre picos nevados. Al eliminar las limitaciones propias de trabajar a gran altitud, el equipo pudo jugar con un diseño mucho más sofisticado, sin renunciar a la funcionalidad.
El resultado es un vivac que se mimetiza con las formaciones rocosas, inspirado en la idea del legendario arquitecto Gio Ponti: la arquitectura como un cristal integrado a la naturaleza. En este caso, literalmente. Su enorme fachada de cristal permite vistas panorámicas de los Alpes y convierte al refugio en un mirador inmersivo que se funde con el entorno en lugar de romperlo.
La estructura está hecha con madera laminada cruzada, metal y aerogel, un material ultraligero con impresionante capacidad aislante. Pero lo verdaderamente sorprendente está en su interior: el vivac funciona como un pequeño ecosistema circular totalmente equipado.
Contará con un sistema fotovoltaico de 5 kW y baterías que garantizan electricidad para todas las necesidades básicas. Generará agua potable a partir de la condensación del aire y tendrá una conexión Wi-Fi estable, algo impensado en una estancia tradicional de alta montaña. Además, podrá activar una luz roja automática en caso de baja visibilidad para guiar a los escaladores incluso en condiciones extremas.
Por dentro, el refugio está dividido en zonas: un sector para dormir, otro con cocina, almacenaje y sistemas de apoyo como calentador de inducción y generador de agua atmosférica. La idea no es solo crear un refugio cómodo: es diseñar una experiencia que permita convivir con la naturaleza sin invadirla, respetando al máximo el delicado equilibrio de los Alpes.

Miembros del equipo de CRA, escaladores experimentados, aportaron su conocimiento práctico para que el diseño no sea solo futurista, sino realmente útil y seguro a 3.000 metros de altura.
El proyecto será presentado por primera vez en el pabellón urbano durante los Juegos Olímpicos de Invierno 2026. Luego, será trasladado por aire a su emplazamiento definitivo, donde podría iniciar una nueva era en el montañismo: la de los vivacs inteligentes, sostenibles y casi invisibles, capaces de ofrecer lo imposible en uno de los entornos más salvajes del planeta.

