Un incendio devastador arrasó durante la madrugada del 11 de noviembre con el pabellón Wenchang del templo Yongqing, una joya arquitectónica de más de 1.500 años ubicada en Zhangjiagang, provincia de Jiangsu, en el este de China. Las llamas comenzaron alrededor de las 03:00 y se extendieron con rapidez por la estructura, construida mayormente en madera, lo que facilitó que el fuego avanzara sin control en cuestión de minutos.
Imágenes difundidas en redes sociales mostraron columnas de humo y llamaradas gigantes envolviendo por completo el pabellón, una de las áreas más emblemáticas del templo. A pesar del intenso operativo de emergencia, el edificio quedó totalmente consumido, aunque las autoridades confirmaron que la estructura principal del complejo permaneció en pie. No se registraron heridos ni víctimas fatales.
Fundado en el año 536 d. C., el templo Yongqing conservaba inscripciones antiguas, estatuas y ornamentos dedicados a Wenchang Dijun, la deidad taoísta asociada a la cultura, la literatura y la educación. Para muchos habitantes de la zona, el pabellón tenía un valor espiritual irremplazable: cientos de estudiantes lo visitaban antes de exámenes importantes para pedir éxito académico.
Las investigaciones preliminares apuntan a que el incendio podría haberse originado por una falla eléctrica o por el uso de velas en espacios de culto, según reportes de medios locales como Global Times. Peritos trabajan en relevar restos, instalaciones y documentos internos para determinar con precisión el punto de inicio y posibles responsabilidades.
Expertos en conservación advirtieron que la restauración será extremadamente compleja, ya que muchas de las piezas destruidas —inscripciones, símbolos y decoraciones originales— son irreemplazables. Si bien una parte del conjunto arquitectónico podrá ser recuperada, el proceso podría demandar meses o incluso años y requerir de técnicas minuciosas para respetar la estética y el valor histórico del sitio, reconstruido en diferentes momentos durante las dinastías Ming y Qing.
El impacto emocional en la comunidad fue inmediato: residentes y devotos iniciaron campañas de recaudación de fondos y pidieron que cualquier reconstrucción siga criterios históricos estrictos para preservar la fidelidad del templo, reconocido por sus características paredes rojas y tejas azules, símbolos tradicionales de la región.
Mientras continúan las investigaciones, el incendio del templo Yongqing se suma a una larga lista de pérdidas patrimoniales causadas por siniestros en estructuras antiguas de madera, un recordatorio de la fragilidad de estos sitios y de la urgencia por reforzar medidas de protección y conservación.
