Muy cerca de Colmar, en pleno corazón de la Alsacia, se encuentra Eguisheim, una villa medieval que parece diseñada para la Navidad. Rodeada de viñedos y reconocida como “Pueblo más bonito de Francia”, esta localidad se transforma cada invierno en un escenario que parece sacado de una postal iluminada.
Construida en círculos concéntricos alrededor del castillo de San León, Eguisheim deslumbra con sus casitas de colores, entramados de madera y balcones floridos que en esta época del año se visten con luces, guirnaldas y detalles navideños que encienden la magia cada atardecer. En la capilla neo-románica del castillo se exhibe “Luces y nieve”, una muestra que celebra el invierno a través de obras de tres artistas que capturan la esencia más encantadora de la temporada.

Uno de los rincones más fotografiados del pueblo es Le Pigeonnier, una pequeña casita que alguna vez fue palomar y que hoy domina las postales típicas junto a la Place du Château, con su fuente de 1834 coronada por la estatua de San León. Allí también se instala cada año el Belén, rodeado de abetos y decoraciones que refuerzan el ambiente mágico. La iglesia de San Pedro y San Pablo, con su campanario del siglo XIII, y las bodegas locales completan un paseo que parece detener el tiempo.
Pero si hay algo que hace brillar aún más a Eguisheim es su mercado de Navidad. Aunque pequeño, es uno de los más auténticos de Francia: un total de 30 casetas de madera reúnen a artesanos locales que venden adornos, juguetes, decoraciones y regalos elaborados a mano, además de deliciosos productos típicos y dulces navideños. Su encanto es tal que la asociación Les Pays des Étoiles de Noël lo distinguió con el sello “Ciudades y Pueblos de Navidad” por recrear un ambiente “mágico y casi sacado de un cuento de hadas”.
Las calles medievales, las iluminaciones, la arquitectura tradicional y la autenticidad de los artesanos crean una atmósfera que envuelve a todo visitante. Para completar la experiencia, una banda musical recorre diariamente el casco histórico desde el 28 de noviembre hasta el 30 de diciembre, llenando de melodías las murallas del castillo.

Durante estas fechas también se organizan actividades especiales: una búsqueda del tesoro navideño, una procesión de Santa Lucía en compañía de Christkindel y sus ángeles, el recorrido guiado del Vigilante Nocturno —que comparte historias, leyendas y tradiciones locales— y un calendario de adviento que se va revelando del 1 al 24 de diciembre en la plaza principal.
Eguisheim no solo celebra la Navidad: la convierte en una verdadera experiencia sensorial. Un rincón encantador que invita a creer, aunque sea por unos días, en los pueblos que solo existen en los cuentos.

