La Riviera Maya enfrenta uno de sus momentos más delicados en años. Tulum, uno de los destinos más elegidos del Caribe mexicano, atraviesa una crisis ambiental y económica sin precedentes: montañas de sargazo cubren sus playas y la caída del poder adquisitivo de los turistas estadounidenses profundiza el desplome del sector.
El escenario actual muestra toneladas de algas en descomposición, un olor intenso difícil de disimular y cifras de ocupación hotelera que no se veían tan bajas desde hace una década.
Un fenómeno natural que no da tregua
Las autoridades municipales retiraron 1.900 toneladas de sargazo sólo a mitad de año, muy por encima de las 1.300 recolectadas en toda la temporada anterior. En todo Quintana Roo, la Secretaría de Marina contabilizó más de 44.000 toneladas removidas entre Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
Investigadores de la Universidad del Sur de Florida detectaron 38 millones de toneladas métricas de sargazo en el Gran Cinturón Atlántico, casi el doble del récord previo. La UNAM estima que más de 100.000 toneladas podrían llegar este año al Caribe.
Las causas combinan calentamiento oceánico, exceso de nutrientes en el Atlántico y cambios en las corrientes marinas, un cóctel que convierte cada temporada en un desafío mayor.
Playas afectadas y limpieza insuficiente
El sargazo en descomposición oscurece el mar y libera un olor penetrante que aleja a los bañistas. Para enfrentar la situación, maquinaria pesada ingresa a la playa a diario, aunque esto acelera la erosión costera.
“Nunca queda 100% limpia. Lo que hacemos es mitigar el problema para evitar que apeste y afecte la experiencia del visitante”, explicó Samantha Álvarez, secretaria de Medio Ambiente de Playa del Carmen.
La explosión turística de Tulum tras la pandemia —con nuevo aeropuerto internacional y estación del Tren Maya— obliga a repensar su capacidad de respuesta. Según Hazael Cerón, del Centro de Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac, el destino necesita “mejorar infraestructura, servicios y evitar cobros excesivos” para recuperar la confianza del viajero.
¿Por qué cayó el turismo en la Riviera Maya?
El 60% del turismo internacional en la región proviene de Estados Unidos, y la situación económica en ese país golpeó de lleno al Caribe mexicano. La inflación, las tasas de interés elevadas y un cierre gubernamental de 43 días limitaron el presupuesto vacacional de millones de estadounidenses.
A esto se suma un factor clave: inseguridad. El asesinato del secretario de Seguridad local en marzo provocó una alerta de viaje nivel 2 del Departamento de Estado norteamericano.
Además, nuevas regulaciones ambientales prohíben el ingreso de plásticos a playas en áreas protegidas, algo que también sorprendió a muchos visitantes.
Hoteles al límite y preocupación empresarial
La ocupación anual en Tulum apenas ronda el 40%, y en septiembre cayó al 48,1%, cuatro puntos por debajo del año pasado.
“La llegada masiva de sargazo afectó la experiencia del visitante y retrasó la recuperación del destino”, señaló David Ortiz Mena, presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum.
El problema supera la capacidad de limpieza: cada día se retiran toneladas de alga, pero nuevas oleadas vuelven a cubrir la costa en cuestión de horas.
Aun así, el sector mantiene expectativas moderadas. Eliazar Mas Kinil, regidor de Turismo, aseguró que confían en una buena temporada entre diciembre y enero, aunque admitió que “todo lo que pasa en Estados Unidos nos impacta”.
Algunos empresarios incluso evalúan pedir la suspensión temporal del cobro para ingresar al Parque del Jaguar, con el objetivo de incentivar el flujo de turistas.
