El incendio que arrasó siete de las ocho torres residenciales de Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po en Hong Kong, se convirtió en una de las tragedias más graves de los últimos años. Hasta el momento, las autoridades confirmaron 75 muertos, algunos de ellos tras ser trasladados de urgencia al hospital, mientras que casi 300 personas continúan desaparecidas, generando escenas de angustia entre cientos de familias que aún esperan noticias.

El fuego, que comenzó el miércoles por la tarde y mantuvo focos activos durante horas, dejó imágenes impactantes: columnas de humo negro, departamentos completamente envueltos en llamas y chispas cayendo desde los pisos más altos mientras los bomberos luchaban por contener el avance.
A pesar de la magnitud del desastre, este jueves se produjo un hecho que devolvió un rayo de esperanza. Los equipos de emergencia lograron rescatar con vida a un hombre mayor atrapado en el piso 31, muchas horas después de iniciado el incendio. Según informó Wong Ka Wing, subdirector del Departamento de Bomberos, el sobreviviente fue hallado en el hall del edificio y trasladado al hospital de inmediato. El rescate sorprendió incluso a los propios equipos debido a las temperaturas extremas y la inestabilidad estructural de las torres.
Las autoridades señalaron que no descartan encontrar más personas con vida, aunque reconocen que las probabilidades disminuyen con el paso de las horas. “No nos damos por vencidos”, aseguró un funcionario durante una sesión informativa, mientras nuevos grupos de rescate avanzaban nivel por nivel, enfrentando humo espeso, pasillos estrechos y el riesgo constante de derrumbes.
En paralelo, comenzaron las primeras reconstrucciones de cómo el fuego alcanzó semejante magnitud. Las llamas se habrían iniciado en los andamios de bambú que rodeaban los edificios, estructuras tradicionales en Hong Kong, pero altamente inflamables. A esto se sumaron las mallas plásticas utilizadas en obras de renovación, que facilitaron una propagación fulminante del fuego entre las torres de 31 pisos. La combinación de ambos elementos convirtió el complejo en un escenario extremadamente vulnerable.
El gobierno confirmó que el incendio se desató a las 14.51 hora local en uno de los edificios del complejo construido en 1983, que alberga 1984 departamentos y cerca de 4600 residentes. Aún se desconoce cuántas personas se encontraban dentro de las viviendas cuando inició el siniestro.
Mientras los bomberos continuaban las búsquedas, crecía la presión social sobre las autoridades. Muchos residentes compartieron en redes sociales imágenes de familiares desaparecidos, esperando algún tipo de información frente al complejo envuelto en humo.
El gobernador de Hong Kong, John Lee, anunció que se realizará una inspección general en todos los complejos en renovación para evaluar la seguridad de los materiales utilizados, especialmente los andamios y mallas plásticas. Además, la Comisión Independiente contra la Corrupción (ICAC) abrió una investigación penal para determinar si hubo irregularidades en el proceso de renovación de Wang Fuk Court. Tres hombres ya fueron detenidos, sospechados de haber dejado envoltorios de espuma altamente inflamables en el lugar.
Con temperaturas todavía muy altas en varios niveles del complejo y sectores totalmente inaccesibles, los bomberos reconocen que el operativo aún está lejos de terminar. Mientras tanto, Hong Kong observa con conmoción un desastre que dejó a miles de personas sin hogar, familias enteras separadas y una ciudad entera esperando respuestas.
