La influencer que comía gratis en restaurantes de lujo terminó presa y desató una alerta en toda Nueva York

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Redactora
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La escena podría haber salido de una comedia, pero terminó en una celda de Rikers Island. Pei-Yun Chung, una influencer gastronómica con más de 26.000 seguidores en Instagram, fue detenida tras encadenar una serie de visitas a restaurantes de lujo de Nueva York donde pedía platos carísimos… y luego intentaba irse sin pagar. Su excusa siempre era la misma: ofrecer “promoción” en sus redes sociales como forma de compensación.

El caso, revelado por medios como People y New York Post, provocó tal nivel de indignación que dueños y gerentes de restaurantes de Brooklyn y Manhattan comenzaron a alertarse entre ellos, compartiendo su foto para evitar nuevos engaños. Y aunque la estrategia ayudó a frenarla, no impidió que acumulara al menos ocho arrestos en poco más de un mes.

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Chung, de 34 años, solía presentarse en locales reconocidos, vestida con prendas de lujo y mostrando un estilo sofisticado acorde a su imagen en redes. En Instagram, donde dejó de publicar a fines de octubre, lucía reseñas de platos exclusivos y accesorios de Prada, Hermès, Louis Vuitton y otras marcas de alto perfil, además de mantener un blog con críticas gastronómicas de bajo impacto.

El modus operandi era siempre el mismo: se sentaba, pedía lo más costoso del menú y, cuando llegaba la cuenta, aseguraba que podía pagar con videos y fotos. Entre los restaurantes afectados figuran nombres de peso como Francie, Peter Luger, Motorino, Misi, Sea Thai y 12 Chairs Cafe.

En Francie, por ejemplo, llegó a pedir foie gras, carpaccio, bucatini, cordero y mousse de chocolate caliente. Volvió varias veces. En Motorino, el dueño contó que la influencer permaneció cuatro horas en el lugar, pidió varios platos, su tarjeta fue rechazada y, sin inmutarse, ofreció promocionar el restaurante a cambio de la comida. En algunas visitas, incluso apareció con ropa que los propietarios estimaron en más de USD 10.000.

Las autoridades vincularon a Chung con episodios que comenzaron el 22 de octubre y se extendieron hasta fines de noviembre. Su detención más reciente ocurrió luego de negarse a pagar una cuenta de USD 149 en Mole Mexican Bar & Grill. También había sido acusada de consumos impagos de USD 100 en Misi y USD 123 en Sea Thai.

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Durante una audiencia del 26 de noviembre, su defensa aseguró que la influencer tiene dificultades para comprender los cargos y para comunicarse, por lo que un juez ordenó un examen psicológico. Hasta completar esa evaluación, permanece detenida y con una fianza acumulada de USD 4.500, que no fue pagada.

El escándalo no solo reveló posibles estafas, sino también otros problemas en su vida privada: según New York Post, Chung debe USD 40.000 de alquiler en su departamento en Williamsburg —propiedad del exgobernador Eliot Spitzer— y enfrenta un desalojo inminente.

Mientras tanto, el sector gastronómico de Nueva York encontró una inesperada consecuencia positiva: los dueños de restaurantes fortalecieron su red de comunicación interna, compartiendo alertas y reforzando la colaboración para evitar que casos similares vuelvan a ocurrir.

El episodio dejó en claro un sentimiento generalizado: la paciencia del sector se agotó. Y la historia de una influencer que intentó vivir a base de comidas gratis terminó no con un post viral, sino con una puerta de celda cerrándose detrás de ella.

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