El silencio helado del glaciar de Stubai, en el Tirol austríaco, se rompió este jueves por la mañana cuando una avalancha de gran magnitud arrasó la zona de Daunscharte, un sector fuera de pista conocido por su terreno empinado y extremadamente expuesto. En cuestión de segundos, una enorme masa de nieve se desprendió y sepultó a un grupo de esquiadores y snowboarders que se encontraba en el lugar.
El alud ocurrió alrededor de las 09:30, y las primeras investigaciones indican que habría sido provocado por un grupo que circulaba fuera de las áreas señalizadas, donde el riesgo de desprendimientos era elevado debido a las recientes condiciones meteorológicas. En los días previos, el servicio oficial había declarado nivel de peligro 3, considerado notable, por la inestabilidad del manto nivoso tras intensas nevadas y fuertes ráfagas de viento.
El impacto fue inmediato. Los equipos de emergencia desplegaron un operativo masivo de más de 250 rescatistas, incluyendo unidades de salvamento alpino, perros entrenados, helicópteros y policía de montaña. Cada minuto contaba. Entre la nieve acumulada y las pendientes inestables, los rescatistas lograron localizar a al menos ocho personas con vida, tres de ellas gravemente heridas y evacuadas de urgencia en helicóptero al hospital de Hall in Tirol.
Según las autoridades, varios esquiadores pudieron activar sus mochilas airbag, un dispositivo que ayuda a permanecer en la superficie durante un alud y que, en este caso, podría haber sido clave para su supervivencia.
La avalancha avanzó con tal fuerza que parte del alud terminó arrastrándose hacia una zona inferior de la pista 9, dentro del área balizada del complejo. La pista fue cerrada de inmediato ante el riesgo de nuevos desprendimientos.
La policía del Tirol y la empresa gestora del glaciar abrieron una investigación para determinar cómo se desencadenó el alud y si el grupo que accedió al terreno inestable violó las normas de seguridad vigentes. La prioridad ahora es esclarecer las circunstancias y evitar que una situación similar vuelva a repetirse.
Mientras tanto, las autoridades reiteraron un mensaje claro: respetar las zonas señalizadas, mantenerse informado sobre los boletines de riesgo y evitar áreas no controladas cuando las condiciones meteorológicas vuelven al terreno especialmente vulnerable.
Lo que debía ser una jornada de esquí entre montañas nevadas terminó con un estremecedor recordatorio de la fuerza impredecible de la naturaleza. En Stubai, todavía se trabaja para asegurarse de que no haya más víctimas bajo la nieve.

