Lo que debía ser una mañana tranquila de buceo en la bahía de Crowdy Bay, en Australia, terminó en una tragedia devastadora para una pareja de mochileros suizos que había viajado al país en busca de nuevas oportunidades. Livia Mühlheim, de 25 años, murió tras ser atacada por un tiburón toro de tres metros, mientras que su pareja, Lukas Schindler, resultó gravemente herido al intentar desesperadamente salvarla.
Los servicios de emergencia recibieron el aviso alrededor de las 6:30 de la mañana, cuando testigos alertaron que dos personas habían sido mordidas por un tiburón en Kylies Beach, una playa ubicada a 350 kilómetros al norte de Sídney. La pareja estaba buceando juntos cuando el animal apareció sin previo aviso.
Según relataron los rescatistas, Livia —una nadadora experta— estaba filmando con una cámara GoPro a un grupo de delfines que se acercaba a la costa cuando el tiburón la atacó violentamente. El escualo la mordió varias veces y le arrancó el brazo izquierdo, causando heridas fatales.
Su novio reaccionó al instante. Lukas, instructor de buceo, se lanzó sobre el tiburón para tratar de espantarlo. Lo golpeó con fuerza mientras el animal seguía atacando y, aunque logró ahuyentarlo, sufrió dos mordeduras en la pierna durante la brutal confrontación.
A pesar de estar malherido, Lukas consiguió cargar a Livia y la arrastró 50 metros bajo el agua hasta llegar a la orilla. Otros bañistas corrieron para asistirlo mientras él, desesperado, intentaba mantenerla con vida.
En shock y ensangrentado, dejó el cuerpo de su novia sobre la arena y salió corriendo en busca de ayuda. Una mujer que pasaba por el lugar vio su estado y llamó inmediatamente a emergencias. Desde la central telefónica, un operador le explicó cómo improvisar un torniquete para frenar la hemorragia del joven, que estaba al borde de perder el conocimiento.
El superintendente de ambulancias de Nueva Gales del Sur, Josh Smyth, describió lo ocurrido como un acto de extrema valentía: “Ella murió en los brazos de un héroe. Él hizo todo lo que podía hacer para salvarla, y sobrevivió gracias a la rápida intervención de la mujer que pidió ayuda”.
Cuando los paramédicos llegaron en helicóptero, ya era demasiado tarde para Livia. La joven había perdido demasiada sangre y no presentaba signos vitales. Lukas fue estabilizado y trasladado de urgencia al Hospital John Hunter, donde continúa recuperándose.
La pareja había llegado el día anterior al camping Discovery Caravan Park de Harrington para buscar trabajo. Ambos atletas, recién graduados, estaban disfrutando de un viaje largo antes de asentarse en Australia. Lukas había corrido la Maratón de Sídney en agosto y acababa de obtener su certificado de instructor de buceo. Livia, apasionada por la natación sincronizada y el running, había completado una maestría en Contabilidad y Finanzas y trabajaba para una consultora financiera.
Su historia, marcada por viajes, deporte y proyectos compartidos, quedó trágicamente interrumpida en cuestión de segundos.
Este ataque fue el quinto episodio fatal de tiburón registrado en Australia en 2025. Tras el aumento de incidentes, las autoridades instalaron más de 150 “kits de mordeduras de tiburón” en playas de Nueva Gales del Sur, Queensland, Australia del Sur y Australia Occidental. Cada uno incluye torniquetes, vendajes, una manta térmica, guantes y un instructivo detallado sobre cómo actuar ante emergencias de este tipo.
Para Lukas, sin embargo, ningún recurso fue suficiente para salvar a la mujer que amaba. La tragedia dejó al país conmocionado y recordó, una vez más, la imprevisibilidad del mar y la fuerza devastadora de la naturaleza.

