La nueva erupción del volcán Kilauea puso en alerta a la comunidad debido al creciente peligro. La situación además generó una gigantesca nube tóxica producto de los gases emitidos.
Las autoridades advirtieron el domingo a la población que se mantenga lejos de la nube tóxica producida por la reacción química cuando la lava toca agua de mar.
La cantidad de dióxido de azufre que sale de las fisuras volcánicas se triplicó, lo que llevó al condado de Hawaii a repetir sus advertencias sobre la calidad del aire.
En la cima del volcán, dos erupciones explosivas provocaron nubes de ceniza. El viento desplazó gran parte de esas cenizas hacia el suroeste.
Según los científicos, las nubes de vapor que se generan en los puntos de entrada de la lava al mar están formadas por ácido clorhídrico y finas partículas de vidrio que pueden irritar la piel y los ojos y causar problemas respiratorios.
Esta neblina llegó hasta a 25 kilómetros al oeste de donde se creó. Estaba sobre el mar y en paralelo a la costa, dijo Wendy Stovall, del Servicio Geológico de Estados Unidos.
La Guardia Costera estableció un perímetro de seguridad de 300 metros alrededor del punto de entrada al océano.
La situación no provocó muertos ni heridos hasta el momento, y cerca de dos mil personas debieron abandonar la zona tras las nuevas emisiones.