En la provincia de Tucumán, yendo desde la capital hacia Salta, después de atravesar las sierras por una sinuosa ruta llena de paisajes de selva, se llega a Tafí del Valle, un pueblo emplazado junto a un impactante lago. Es un destino típicamente veraniego para los locales, sin embargo vale la pena que hagas una parada por unas horas si estás recorriendo el NOA, o inclusive quedarte una noche, para hacer alguna cabalgata, caminatas por los cerros, ver artesanías y probar comidas típicas regionales.
En el lugar donde antiguamente habitaba una tribu indígena conocida como los Quilmes, hoy no quedan más que los restos de lo que fue su pueblo. Al visitar las Ruinas de Quilmes, un guía local descendiente de los pueblos originarios, te mostrará los restos y la reconstrucción de uno de los mayores asentamientos precolombinos del país. También te explicarán el por qué de la desaparición del pueblo y la relación existente con la localidad de Quilmes, en Buenos Aires.
Cafayate es uno de los pueblos vinícolas del NOA y es casa del Torrontés, una variedad de vino blanco típicamente producida en esta región. Aquí te recomendamos visitar el Museo de la Vid y el Vino y visitar bodegas donde te explicarán el proceso de la producción del vino y te ofrecerán participar de una degustación. No puedes dejar de probar el cabrito al horno, y para el postre un helado de vino (sí, helado de VINO) que puedes conseguir en la plaza de Cafayate!
Yendo por la ruta que te lleva entre Cafayate y Salta, transitarás la Quebrada de las Conchas, una imponente formación geológica con un paisaje desértico y rojo. Te sorprenderás en cada curva por la belleza de sus formaciones, y de la mano de los guias locales, encontarás los curiosos nombres con que las han bautizado dependiendo de su forma: el Titanic, los castillos, el sapo. Dos de los sitios más atractivos e impresionantes en el recorrido por la Quebrada de las Conchas son el anfiteatro y la garganta del diablo, formaciones naturales en la roca por el efecto de cascadas de agua dulce que existieron hace millones de años. El anfiteatro tiene una acústica tan particular que se ha utilizado incluso para hacer recitales.
Un viaje al pasado
La quebrada de Humahuaca es una formación geológica que atraviesa la provincia de Jujuy de norte a sur como una gran cicatriz. La puedes recorrer entera si sigues la ruta 9, lo cual es altamente aconsejable, ya que a lo largo y ancho de su diámetro vas a encontrar sitios e historias increíbles. No es solo rica en cuanto a paisajes sino en cuanto a su historia y cultura, las cuales son muy bien contadas por los guías locales. Por lo general se requiere un día entero para recorrerla toda, parando un una o dos horas en cada lugar: Tilcara con su pucará (reconstrucción de una fortificación indígena), Maimará, Humahuaca, todos pueblos muy autóctonos y absolutamente fotografiables. Punto aparte merece Purmamarca, que es uno de los sitios más impactantes de toda la quebrada.
Una joya de 7 colores
Ubicado en la Quebrada de Humahuaca, Purmamarca parece un set de filmación de una película: es tan pintoresco en cada uno de sus rincones que da la sensación de haber sido sacado de alguna pintura. Es un el hogar del famoso Cerro de los 7 colores y en cada esquina de sus calles de tierra roja vas a poder tener alguna hermosa postal con el cerro de fondo. Es muy recomendable, si tienes el tiempo suficiente, que te quedes por lo menos una noche. Lo más usual es una visita por el día, pero seguro que te quedas con ganas de más.
Un tren que va tan alto que llega a las nubes
El mítico tren al norte de Argentina es una joyita que han logrado preservar como servicio turístico desde que comenzó a funcionar a comienzos de los años 70. A lo largo de su recorrido de 217 kilómetros a través de puentes y túneles dispuestos para circular por montañas de la Cordillera de los Andes, el Tren a las Nubes te va a asombrar con la geografía norteña y al presenciar el cruce sobre quebradas y precipicios. Asciende desde los 1187 metros de altura en Salta, su punto de partida, hasta los 4220 msnm en su estación final. A afilar tus capacidades para hacer nuevos amigos, a lo largo de las horas de recorrido terminarás conversando sin dudas con los demás pasajeros que van a tu lado.
Un desierto algo salado
Saliendo desde Purmamarca, después de un viaje de aproximadamente tres horas por una ruta con muchas curvas, subidas y bajadas, llegas a este lugar que es imperdible: Salinas Grandes! Cuentan los guías locales que existió allí hace millones de años una laguna salada que al evaporarse creó este desierto de sal. Es todo blanco, con un horizonte infinito, lo que lo hace el lugar perfecto para sacar fotos. A tener en cuenta: el reflejo del sol en la sal es muy fuerte, por lo que es importante llevar lentes y ropa de manga larga.
Un pueblo mágico, perdido entre las montañas
La mejor manera de describir a Iruya es decir que es un pequeño pueblo de casas de adove, piedra y paja clavado en una montaña, y no es exagerado! Por ello, si tu idea es quedarte unos días en Iruya para recorrer sus alrededores, es ideal tener un estado físico aceptable porque hay que subir bastante para llegar a cualquier lugar. Si no te quieres quedar, también son usuales las excursiones para ir por el día a recorrer sus estrechas calles de tierra donde se siente la cultura autóctona preservada por cientos de años.