Una historia como esta no se oye todos los días. Tayeb Souami, de 55 años, decidió devolver una botella de jugo de naranja después de que su esposa viera la misma marca a mitad de precio en otra tienda.
El hombre, que vive en Nueva Jersey, Estados Unidos, devolvió entonces la botella y con el cambio compró dos billetes del Powerball, que esa semana acumulaba más de 300 millones de dólares.
El fin de semana pasado, el hombre fue a una tienda 7 Eleven y decidió chequear sus boletos. Probó con el primero, el segundo y ahí la máquina le informó que debía llamar al encargado de la tienda.
«El vendedor gritaba: ‘Oh, mi Dios, oh, mi Dios, oh, mi Dios’, y mi corazón latió tan fuerte como en el dibujo animado de Tom y Jerry cuando suena ‘boom boom’… descubrí que me lo había ganado»
Souami había comprado el único boleto ganador. Sus probabilidades de ganar eran una de entre 292.2 millones. Después de enterarse de que había sido el ganador, pasó las siguientes semanas planificando el resto de su vida.
Ese hombre decidió tomar el pago en efectivo de USD 183 millones y permanecer en la ciudad donde vivía, en Nueva Jersey. Ahora podrá pagar su casa recién refinanciada, así como la matrícula universitaria de su hija y los préstamos de educación.