Ubicado en la isla de Rodas, en Grecia, este impresionante trampolín se encuentra en el medio del océano y te permite saltar a mar abierto. Un día de playa en Grecia es aún mejor si le sumas un poco de adrenalina. ¡Anímate a vivir una experiencia muy divertida!
Esta ciudad con corazón medieval te enamora, el centro comercial se encuentra solo a unos pasos y la costa de Turquía se descubre sutilmente. Las ganas de vivir nuevas experiencias y el calor nos alentó a saltar. La ruta hacia el próximo destino es el agua, y la única forma de llegar: nadando.
Un trampolín blanco de casi 10 metros contrasta en el medio de un mar tranquilo y azul. Las emociones y sentimientos comienzan a escalar. Una vez ahí, es salto tras salto. La valentía se ordena en diferentes niveles de complejidad de altura, unidos por escaleras usurpadas por algas.
El primer nivel es el reconocimiento, examinamos con cuidado el piso firme tras casi 50 metros de nado. Nos permite respirar profundo para subir los primeros siete escalones. Las rocas en el fondo son muy nítidas pero saltar al mar es muy tentador.
Esta plataforma de hormigón es parte de la herencia italiana que dejó en su expansión durante la primera parte del siglo XX. Renovada en el año 2007, se eleva desde el agua como una escalera al cielo a pocos metros de la orilla de la playa Elli.
Superado el paso inicial, ocho escalones nos separaban del segundo nivel. El agua tiene la capacidad de combinar placer y miedo. El miedo es espontáneo, rápido e incontrolable. Así fue nuestro siguiente salto, sin pensarlo una vez más caíamos rápidamente al agua.
Más motivados que nunca, nadamos hasta la base y subimos entusiasmados los 26 escalones que nos separaban de la prueba final, aquella para la que nos estábamos preparando. Desde lo alto, las rocas del fondo nos hicieron dudar, pero el Egeo invita y no podemos decir que no.
Saltamos. Qué bello es sentir mientras aterrizas en caída libre la sensación de adrenalina que provoca volar al abismo. Salta es soltar, sentirte libre. Una vez que perdés el miedo, querés saltar miles de veces más.
Adrenalina pura y diversión asegurada. Listos, preparados, ¡SALTAR!