6 datos para entender el escándalo de la final de fútbol en Argentina

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Redactor
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Todos fuimos testigos del lamentable episodio vivido el fin de semana pasado: la «Superfinal» de la Copa Libertadores vivió un escándalo, cuando el bus que trasladaba al plantel de Boca Juniors fue atacado por un grupo de violentos cuando arribaba al estadio Monumental.

El vehículo recibió piedrazos, quedando con varios vidrios rotos y dejando muy afectados a los jugadores del cuadro «Xeneize» en su llegada al estadio de River Plate.

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Según informaron, además de los jugadores, el conductor del bus de Boca también se vio afectado, ya que su ventana recibió uno de los impactos, rompiéndose y recibiendo gran parte del gas.

También afirmaron que algunos futbolistas sufrieron cortes por las esquirlas de vidrio que saltaron cuando los vidrios se rompieron por los piedrazos.


Así, la «Superfinal» de la Copa Libertadores quedó suspendida y generó una gran polémica que alcanzó una repercusión a nivel mundial. En este gran debate, se plantean varios datos que de alguna manera «anunciaban» este escándalo de la final de fútbol en Argentina:

1. La «Superfinal» de esta Copa Libertadores era única

La expectativa era enorme: BocaRiver protagonizaban el duelo más importante del fútbol argentino en el Superclásico más importante de la historia, la final de la Copa Libertadores.

Jamás dos rivales históricos de un mismo país llegaron a esta instancia y un River – Boca era un partido único.

2. No es el primer escándalo en una final de la Libertadores

Hay suficientes razones para sostener que lo que sucedió con las finales de la Copa Libertadores 2018 ya forma parte de uno de los mayores escándalos de la historia de la competición. Pero no es el único.

Recordemos en el 2015, cuando los jugadores de River salieron a disputar la parte final del partido y fueron agredidos por un grupo de hinchas de Boca con gas pimienta. En este caso, el partido se suspendió y luego falló la Conmebol, excluyendo a Boca de la competición.

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3. Exceso de hinchas dentro de la cancha

La sobreventa de entradas y el exceso de gente en el público dentro de la cancha hicieron aún más difícil la jornada del sábado pasado.

Luego de lo ocurrido, la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad (AGC) cerró el estadio de River por exceso de presencia de público. Por otro lado, la Policía de la Ciudad también se llevó las actas de venta de tickets y el registro de socios para realizar una comparación con las 300 entradas incautadas el viernes.

4. ¿Negligencia o zona liberada?

Todos nos preguntamos lo mismo: ¿por qué el micro de Boca ingresó por la calle Quintero, donde estaba esperándolos la hinchada de River? Adoquines, botellas de cerveza y gas pimienta fueron algunas de las armas de este grupo de barras bravas que agredió a los futbolistas.

Por los huecos de las ventanillas penetraron los gases lacrimógenos de la Policía, que intentó controlar una situación que claramente se le escapó de las manos.

Si bien hubo solo 16 detenidos por atentado y resistencia a la autoridad y 40 demorados por incitación a la violencia, todavía no nos queda claro si la zona quedó liberada intencionalmente o si la policía realmente no pudo controlar la situación.

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5. La violencia del día a día

El ataque al autobús de Boca Juniors, a pocas calles del estadio Monumental, con piedras, palos y gas pimienta por la barra brava de River, es una muestra más de la violencia que caracteriza a nuestra sociedad, y con la cual, lamentablemente, nos acostumbramos a convivir.

Debido a la escalada de violencia en los últimos años, las autoridades decidieron en 2013 prohibir la presencia de simpatizantes visitantes, como ocurrió en La Bombonera y estaba previsto en el Monumental, pero los incidentes no se han detenido, incluso con víctimas fatales.

6. Esto no es pasión por el fútbol

River y Boca son los clubes más populares del país y representan juntos a un 70% de los hinchas, en un país con 44 millones de habitantes donde el fútbol es una obsesión para todos.

Pero lo que pasó el fin de semana, sin dudas, no representa al verdadero hincha que genuinamente quiere demostrar su apoyo a su equipo pacíficamente. Claramente, estamos muy lejos de poder alentar a un equipo en forma civilizada y de respetar al otro. Quizás debamos cuestionarnos qué nos está sucediendo como sociedad como para que un partido de fútbol nos genere tanta violencia.

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