Expertos en demolición dinamitaron los restos del puente Morandi en la ciudad de Génova, en el norte de Italia, casi un año después de que la enorme estructura se derrumbara, matando a 43 personas.
Más de 3.400 residentes del área fueron evacuados el viernes por la mañana antes de las explosiones controladas, que derribaron dos grandes torres que consistían en unas 4.500 toneladas de concreto y acero.
Los explosivos estaban unidos a las patas de las torres y las partes del puente aún en pie. Se colocaron decenas de tanques de agua y sacos al costado y debajo de la estructura, para evitar la propagación del polvo fino al crear una pared de agua de unos 50 metros de altura.
Minutos antes de las espectaculares explosiones, las sirenas sonaron y el agua comenzó a rociar la estructura desde los tanques alrededor de la base. Tomó menos de siete segundos para que las torres fueran arrasadas hasta el suelo.
Cuarenta y tres personas murieron el 14 de agosto de 2018 cuando, durante una fuerte lluvia, parte del puente, y los autos que viajaban a lo largo, cayeron al suelo. El accidente provocó un feroz debate sobre la seguridad de la infraestructura de Italia.
El puente Morandi fue una estructura crítica para Génova y para todo el país, ya que sirve a la red de autopistas A10 que une el norte de Italia con Francia.
La reconstrucción del puente ha sido adjudicada a Salini Impregilo, el mayor constructor de Italia, el constructor naval Fincantieri y la empresa de transporte Italferr. El proyecto de 200 millones de euros será supervisado por el famoso arquitecto de Génova, Renzo Piano, que produjo el diseño de forma gratuita. El nuevo puente incluirá 43 lámparas para honrar la vida de las víctimas.
Luego de la demolición del viernes, se espera que un barco llegue al puerto de la ciudad transportando las primeras partes del nuevo puente, cuya construcción está programada para comenzar el próximo año.
El gobierno ha prometido que la nueva estructura de acero y concreto estará abierta para el tráfico en abril de 2020.
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Una gigantesca explosión de un meteorito en la atmósfera de la Tierra fue detectada por la NASA, que registró una fuerza que multiplica por 11 el impacto de la bomba atómica usada en Hiroshima y marca la explosión más grande de su tipo desde la de Cheliábinsk, en Rusia, seis años atrás.
El hecho ocurrió en diciembre, pero no se registro en las redes sociales ni fue detectada por el ojo humano por su lejana ubicación: cerca de la península rusa de Kamchatka, sobre el mar de Bering, en pleno invierno boreal. Continuar leyendo…
