Caperucita Roja lo anticipó: había que temerle más al lobo que al bosque. La Amazonía, que comprende nuestro «pulmón del mundo» en la selva tropical de la cuenca del río Amazonas se está consumiendo por el fuego. Con más de 60 mil focos de incendio y al menos 500 mil hectáreas quemadas entre regiones de Brasil y Bolivia, anticipan que estaríamos frente a la mayor catástrofe ambiental que haya tenido lugar en el planeta hasta nuestros días.
¿Cuánta información real tenemos sobre lo que está pasando? Los medios de comunicación informativos han evitado hablar del tema durante más de 10 días. Y si bien no es cuestión de acusar ni condenar la decisión, cuando un medio de comunicación no aborda una temática es bien porque desconoce sobre la situación o porque está respondiendo y cuidando otros intereses. «El que calla, otorga» plantea un dicho popular. Lo cierto es que no hay peor forma de manifestar poder sobre la población que enfrentarla a la desinformación.
Lamentablemente, quienes debieran haber salido en defensa de no sólo nuestro planeta sino también en parte de sus tierras, no hicieron más que echar leña al fuego. Quizás es la metáfora más inoportuna, pero pareciera ser que en lugar de enfrentar la situación tomando una postura activa frente al problema, han preferido desligarse las responsabilidades.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, causó revuelo hace poco más de diez días al decir que una buena forma de cuidar el medio ambiente era cuidarse en la alimentación para evitar defecar de más. Al ser consultado por la prensa brasileña, ahora resulta que indica que las causas que provocaron los incendios están ligadas a un supuesto ¿resentimiento? que las ONG’s podrían guardar a su política.
Ahora bien, ¿imaginas acabar con el 10% de la reserva mundial de carbono almacenado? ¿Perder más de 2 millones de km2 de áreas protegidas? ¿Poner en peligro la supervivencia de 350 grupos indígenas? ¿Echar a perder 1.000.000 km de agua dulce?
Son algunas de las consecuencias de lo que podría suceder si continúan los incendios en la zona. Reiteramos, que alguien, o muchos alguien, pudieran tomar una medida como tal de manera intencional… ¿lo imaginas? Habría que ser muy necio, a fin de cuentas es una forma hasta de ponerse en peligro a sí mismo.
No obstante, Jair Bolsonaro acusó a grupos ambientalistas por los incendios en el Amazonas. Cuando todos hubiéramos esperado que se tomaran medidas de pedido de ayuda internacional o contratación de aviones hidráulicos o bien cualquier iniciativa para intentar apagar el fuego, una vez más el poder de algunos pocos genera la impotencia de otros muchos.
Pero lo concreto, lo real y hasta lo tangible es que hace casi 17 días las llamas están activas y si bien no hay una dimensión exacta de lo que ocupa en cuanto a magnitud, desde la NASA han determinado que se trata de alrededor de 60.000 puntos de calor que se encuentran activos.
¿Cuál será el límite? En diálogo con otros medios, la profesora de Biología de la Universidad Nacional y directora del grupo de investigación sobre incendios «Ecomold», Dolors Armentera manifestó:
Estos fuegos están asociados a la deforestación tan aumentada en Brasil. Se han estimulado a madereros y campesinos a limpiar y ocupar territorio, en particular en la zona de Rondonia, y el triángulo entre Paraguay, Bolivia y Brasil
Ya lo anticipábamos en Intriper: El Amazonas se está incendiando y no se está haciendo nada para frenarlo. En contraste, la gestión política defiende «puede haber una acción criminal para llamar la atención contra el gobierno». Frente a esto cabe destacar que, durante la última campaña electoral en Brasil, las promesas del actual presidente indicaban la propuesta de hacer uso de la región del Amazonas para fomentar el desarrollo de la agricultura y del sector minero.
La situación en Bolivia parece no ser muy diferente. Evo Morales, el actual Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, autorizó las «quemas controladas» y desmontes a partir del DS 3973, establecidos un mes antes de que comenzaran los incendios forestales en la Amazonia Boliviana. Pero lo que se pensaba controlado, se salió de control. También se ve afectado por focos de incendio en la zona de los Llanos de Chiquitos, o más conocida como Chiquitania. El decreto autorizó esto para los departamentos de Santa Cruz y Beni, de acuerdo a la reglamentación vigente. Y justifica que esta es una medida “estratégica” para fomentar la producción agrícola y pecuaria.
Con este nombre se describe a una extensa llanura de América del Sur la cual, según la Autoridad de Bosques y Tierra en Bolivia, también durante los últimos días ha sido afectada al punto de que el fuego arrasara con más de 450.000 hectáreas de bosques. Esta institución pública que asume el control, supervisión y regulación de los sectores Forestal y Agrario, sostiene que el fuego pone en amenaza a más de 550 especies de fauna del bosque chiquitano.
Lastimosamente, esto tampoco ha sido cubierto por los medios de comunicación nacionales y/o internacionales: fueron y son los mismos usuarios residentes quienes se encargan de hacer difusión de la situación. En particular, desde Bolivia, los habitantes exigen atención también para ellos ya que no es sólo Brasil víctima de esta tragedia. Al mismo tiempo, el pedido comprende la pronta y urgente ayuda internacional para intentar poner freno al fuego.