Se calcula que alrededor de 70.000 persona necesitan asistencia para salvar sus vidas. Hasta el momento hay registrados 30 muertos, aunque se espera que ese número aumente.
El catastrófico huracán de categoría 5 atravesó la cadena de islas de Abaco y Gran Bahama el 1 de septiembre, azotando las áreas con fuertes vientos y lluvia torrencial.
Según el jefe humanitario de las Naciones Unidas, Mark Lowcock, dijo que alrededor de 70.000 personas «necesitan asistencia inmediata para salvar vidas», las necesidades más urgentes son agua, alimentos, vivienda y alojamiento.
El ministro de Salud de las Bahamas, Duane Sands, dijo que el recuento oficial de personas fallecidas podría ser «sorprendente». Según los informes, los funcionarios están enviando funerarios y 200 bolsas para cadáveres a las Islas Abaco, la parte más afectada del archipiélago.
Mientras tanto, miles de personas siguen desaparecidas.
La Cruz Roja Internacional afirma que el 45% de las viviendas en Gran Bahama y los Abacos fueron severamente dañadas o destruidas.
La ONU estaba liberando 1 millón de dólares del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de la ONU de inmediato para abordar estas prioridades, así como para suministros y servicios médicos para Gran Bahama. Además, enviarán ocho toneladas de comidas listas para comer, unidades de almacenamiento, generadores y otros proveedores de emergencia desde Panamá.