Un peligro: el domingo pasado, tres jóvenes se sentaron sobre un acantilado junto al cerro de Santa Catalina, en Gijón, norte de España, para tomarse una selfie de alto riesgo.
Varios agentes se trasladaron hasta el lugar y trataron de desalojar a las jóvenes de la roca, aunque tuvieron que pasar varios minutos hasta que las convencieron de que no era el mejor lugar para tomarse una foto.
La roca está a una altura de más de 20 metros sobre el suelo, por lo que cualquier resbalón o mal apoyo podría provocar una tragedia.
El objetivo de las jóvenes, de 15 años de edad, era sacarse una selfie, aunque para ello arriesgaran su propia vida.
Los propios agentes compartieron la imagen del incidente en sus redes sociales y alertaron del peligro de esta nueva moda, aunque las implicadas no recibieron sanción alguna.
“¿De verdad piensan que este es un lugar seguro para hacerse selfies?”, apuntó la policía local. Pero lo cierto es que esta no sería la primera vez que la moda de las selfies ha llevado a muchos viajeros y aficionados a la fotografía y a las redes sociales a poner en riesgo sus vidas.
Un estudiante murió intentándose sacar una selfie en los acantilados de Moher
Un estudiante universitario, de 26 años, en Irlanda se sacó “muchas” selfies antes de morir en los Acantilados de Moher, según un informe.
Anand Goel murió en una caída accidental mientras tomaba fotos el 4 de enero en el pintoresco destino turístico en la costa oeste de Irlanda, informó el Irish Times.
