Woralop, un hombre sin hogar de 44 años, que vivía en las calles de Tailandia, encontró una billetera con el dinero suficiente para poder comprarse comida, ropa y alquilar algún lugar (por lo menos por unas semanas) para poder dormir.
Él en ningún momento dudó lo que debía hacer. De hecho el vio cuando al dueño se le cayó la billetera de su bolsillo y corrió tras de él para devolvérsela pero no lo alcanzó así que decidió ir directo a la estación de policía para entregarla.
Cuando llamaron a Niity Pongkriangyos, el dueño del dinero, para avisarle que tenían su billetera quedó totalmente sorprendido, ya que no se había dado cuenta que la había perdido.
Al recuperarla se sorprendió al saber que la persona que se la devolvió (y que no había tocado nada de nada) no tenía ni para comer. Él mismo afirmo que seguramente si hubiera estado en la misma posición no la hubiera devuelto.
Siempre lo bueno tiene recompensa
Niity Pongkriangyos decidió contratar a Woralop como trabajador de su fábrica, ya que asegura que es justo lo que necesita, personas buenas y honestas. Esta propuesta vino de la mano de un buen salario, alojamiento y de una gran oportunidad para cambiar su vida.