Meleri Williams, una joven británica de 20 años, se disponía a abordar un vuelo en la ciudad de Buenos Aires cuando le comentó a la tripulación de cabina que sufría de una alergia severa a las nueces y que podía sufrir un shock anafiláctico si estuviera en un ambiente cerrado donde se consumen,
Sin embargo, en lugar de no servir nueces a bordo, Meleri recibió la orden a abandonar el avión por lo que se vio obligada a realizar su viaje en bus, recorriendo cientos de kilómetros.
La joven, que se dirigía a la Patagonia argentina, tuvo que realizar un viaje en autobús de 26 horas en lugar de un vuelo de dos horas y media.
La joven afirma haber quedado «conmocionada» por la decisión y por ello se quejó a la aerolínea, alegando que el tratamiento que recibió fue «totalmente inaceptable».
Además, sostiene que no recibió ningún tipo de disculpa y que, debido a este incidente, tuvo «una primera impresión muy pobre del país», aunque una buena bienvenida de la aerolínea en Esquel la ayudó a superar el disgusto.
La joven asegura que nunca ha tenido problemas con otras aerolíneas, que han tratado sus problemas con alergia «con atención y ayuda».
Insólito: un pasajero se bajó una botella de whisky luego de que uno de los motores del avión dejara de funcionar
Todo comenzó cuando a los 30 minutos de su despegue en Caracas, el vuelo WQ1996 de Swift Air con destino a Miami sufrió un desperfecto en uno de sus motores.
En ese momento, el piloto del Boeing 737-400 les avisó a los pasajeros que se preparasen para un posible impacto.
Pero mientras muchos se tomaron de las manos y empezaron a rezar, otro pasajero sintió la necesidad de tomar un buen trago de alcohol.