Una familia denuncia que hace varios días se perdió su perro en el aeropuerto de Ezeiza, Argentina. Se suponía que la mascota tenía que viajar a España junto a su dueña, pero eso nunca sucedió.

Grisel, la dueña de mona, viajaba a España junto a sus tres mascotas. Cuando ya estaba ubicada en su asiento, le informaron que uno de sus tres perros se había escapado en la pista de aterrizaje, pero que se quedara tranquila ya que iba a ser llevado a la guardería del aeropuerto en donde podría ser buscado por algún familiar.

Cuando el hermano de Grisel llegó al aeropuerto para buscar al animal, le informaron que Mona había tenido un comportamiento agresivo y nuevamente se había vuelto a escapar, esta vez rumbo a los bosques de Ezeiza, y no la habían podido volver a encontrar.

Cuando Grisel llegó a Barcelona, ​​recibió varios mensajes de su hermano donde le contaba lo sucedido. La mujer se desesperó e hizo todo lo que tenía en sus manos, pero desde ese momento no ha recibido ninguna respuesta, nadie se quiere hacer responsable de la desaparición de Mona..

Ella tiene intenciones de regresar a Buenos Aires para participar de la investigación, donde están colaborando todas las organizaciones de protección animal.

«La aerolínea se hizo responsable del hecho durante las primeras 72 horas, pero ahora cortó toda la comunicación conmigo. Nadie quiere hacerse cargo, hay mucha gente que difunde datos incorrectos y Mora sigue sin aparecer», concluyó Cristian.

Adopta un perro sin hogar y al verlo, descubre que es la mascota que perdió cuando era niña

¡Una historia de película! Cuando Nicole cumplió 10 años, su abuela le regaló un cachorro, al cual decidió llamar Chloe Bear. Durante cuatro años fueron mejores amigos, totalmente inseparables.

Pero a los 14 años, el papá de Nicole consiguió un nuevo trabajo y su oficina sería su hogar, por lo que necesitaba un lugar sin ruido ni distracciones. Por ello, el papá llevó a Chloe al refugio animal Washington Area Humane Society. 

“Mi papá consiguió un nuevo trabajo trabajando desde casa, pero Chloe era demasiado ruidosa y él tenía que estar al teléfono todo el tiempo. Recuerdo que mi papá me recogió de la escuela cuando tenía 14 años con el perro en el asiento trasero. Sabía que teníamos que regalarla”, cuenta Nicole.

Con el tiempo, Nicole creció, se casó y tuvo un hijo, pero aún le faltaba algo. Por eso, pensó en adoptar un cachorro, hasta que se encontró con una publicación en Facebook sobre un perro mayor que necesitaba un nuevo hogar. Continuar leyendo…