El pedido fue realizado por Norbert Schemm, un anciano de 87 años que se encontraba enfermo diagnosticado con un cáncer de colon.
Sumado a su edad avanzada, el estado de salud de Norbert fue empeorando cada vez más. Ya sabiendo que su situación no tenía retorno, pidió una cosa muy simple antes de morir: tomar una última cerveza con sus tres hijos.
El episodio fue cumplido la noche del 19 de noviembre. Y, como los buenos recuerdos, una fotografía quedará para siempre inmortalizando ese emocionante gesto que coronó lo que para sus tres hijos y su esposa fue una última noche en familia. Lamentablemente, al día siguiente Norbert falleció.
Pero esta historia traspasó las paredes del hospital que lo tuvo a Norbert internado. Fue uno de sus nietos, llamado Adam Schemm, quien publicó un tweet el 20 de noviembre diciendo: «Mi abuelo falleció hoy. Lo único que quiso hacer anoche era tomar una última cerveza con sus hijos«.
En una entrevista con medios locales, el nieto del protagonista de la historia afirmó: “Ese momento significó muchísimo para mi abuelo. En la foto se nota que todos sabían lo que iba a pasar y que era inevitable, así que aprovecharon al máximo ese momento para disfrutar de la compañía que tenían”
Fueron los últimos 90 minutos que compartieron todos juntos. Tomaron cerveza y hablaron sobre la familia. Mi abuelo les pidió a sus hijos que cuiden a mi abuela. Llevaban 65 años casados.
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Así es la vida de la argentina que se compro una casa en Italia por tan solo un euro
Muchos pueblos europeos sufren la partida de sus jóvenes que en busca de oportunidades abandonan su lugar de nacimiento para instalarse en los principales centros urbanos. En el caso del interior de Italia, desde los pequeños poblados están haciendo todo lo posible (y lo que se les va ocurriendo) para llamar la atención de gente joven que quiera repoblarlos. Algunos de estos incluso ofrecen casas abandonadas por tan solo 1 euro con el objetivo de combatir la despoblación.
La realidad es que solemos leer este tipo de noticias pero queda tan solo en algo idílico, pero hay personas que ya se están animando y poco a poco se están mudando a estos pueblitos. Una de ellas es Cecilia Solari, una mujer argentina de 46 años, que en estos días se mudó a Mussomeli, pequeña comunidad de 10.000 habitantes en la comuna de Caltanissetta, en Sicilia.
Las autoridades de Mussomeli pusieron en venta 120 construcciones abandonadas a tan solo 1 euro, con la intención de que el pueblo no desaparezca. Continuar leyendo…