Si te encuentras de visita en Bogotá y buscas una experiencia gastronómica distinta, quizás una buena idea sea asistir a una cena clandestina.
Como si se tratara de una propuesta exclusiva para personas sumamente curiosas y aventureras, las reservas para disfrutar de estos eventos se hacen mediante redes sociales y solo conocerás la ubicación muy pocos minutos antes de asistir.
¿Cómo surgen?
La necesidad de este nuevo concepto en gastronomía surge como oferta y demanda. Oferta porque los chefs que las organizan en su mayoría se han visto abrumados por los requisitos y condiciones exigidas para tener un restaurante tradicional y en estos sitios encuentran la libertad que antes les era esquiva.
Y demanda, porque los usuarios sobreinformados buscan todo el tiempo formar parte de algo nuevo, descubrir secretos y también poder acceder a una experiencia gourmet no tan costosa en la mismísima capital de Colombia.
Las cenas clandestinas ya están consolidadas en grandes ciudades como Lisboa, Londres o New York y todo partió con ideas tan personales como Loft Project, del chef portugués Nuno Mendes, con sus veladas de vanguardia en el patio de su casa londinense, o como Gingerline, unos eventos efímeros en las líneas del metro de esa misma urbe, con aderezos de diseño y arte.
Todos ellos –y otros que se sumaron después– impusieron una tendencia gastronómica en la que lo único seguro es la buena comida.
Así son las cenas clandestinas en Bogotá
En la capital colombiana, los chefs ofrecen sus cenas por redes sociales: proponen un concepto divertido y rápido, una invitación a lo desconocido que solo dura una vez.
Es poco probable que se pueda conocer el menú con antelación. La idea consiste en llevarse una sorpresa. Los sitios escogidos por los organizadores van desde la casa del chef o de uno de sus amigos hasta locaciones raras como la terraza de un edificio del centro, una bodega abandonada, una galería de arte o cualquier cosa que puedas imaginar.
A continuación te dejo como ejemplo algunas de las cenas clandestinas más recomendadas para experimentar en Bogotá:
Salón Oculto
Oculto es el concepto más profesional y avanzado en cuanto a imagen y cocina, si hablamos de cenas a puertas cerradas.
Se trata de un restaurante de alta gama escondido en una casa antigua del barrios San Felipe. En medio de una terraza con jardines amplios y cuatro mesas largas que terminan en una barra, este salón es dirigido por el conocidísimo chef David Orozco.
Bajo el lema “Un banquete para el Alma” vas a encontrar sorpresas todos los fines de semana desde cenas sponsoreadas por marcas de bebidas hasta parrilladas “informales” pero que no dejan de tener el toque gourmet en sus presentaciones.
Si quieres vivir esta experiencia, debes reservar con mucho tiempo de antelación y el costo ronda los USD 35 por persona.
Citas nómadas
La variedad es uno de los componentes más atractivos de estas cenas clandestinas. Las cenas se realizan cada 8 días y su característica principal es que cambian constantemente de lugar y el menú se adapta a la escenografía elegida para la ocasión.
Dependiendo del lugar elegido, su chef, Juan Martín Acosta cocina para 10 o 15 personas un menú degustación de 7 a 10 platos.
Su propuesta es con productos y técnicas colombianos. Tratan de resaltar algunos ingredientes locales como el cubio, las chuguas, la guama, el chachafruto, entre otros, y con diferentes texturas logran resaltar esos sabores.
Entre los escenarios más extraños se destacaron una bodega en un barrio obrero, fincas campestres, una galería de arte y, en mi opinión la mas divertida, una tienda de cocteleria en el barrio Country.
Las reservas se hacen por Instagram o Whatsapp y el sitio elegido te va a llegar por estos medios un día antes de la cita. Los precios rondan los USD 25 y hay que reservar con tiempo pues casi siempre los cupos están llenos.
El apartamento 604
Esta es una de las experiencias más divertidas, la invitación virtual dice que la cita es a las ocho de la noche en una casa del norte de Bogotá. Una vez que llegas, te recibe un señor que cuida una fábrica de lentes de contacto y te pregunta “¿Cuál es el santo y seña?”. Si realmente has sido invitado, la sabrás y las puertas de una casona se abrirán para ti.
Hay que atravesar varios recovecos y pasillos de estanterías repletas de gafas hasta llegar a la cafetería del lugar, que se encuentra al final de todo. Ahí está el secreto de 604, la marca que crearon Ximena Leal y su esposo, Juan Pablo, allá por el año 2015.
La propuesta es cocina mexicana tradicional, herencia milenaria de Ximena. Entre los platos aparecen la sopa de tortilla, costillitas barbecue con chipotle y miel y postres de merengues con flor de Jamaica.
Las reservas deben hacerse por teléfono, la cita es todos los viernes y el costo de esta experiencia ronda los USD 22.
Casa de Extraños
Con el fin de ofrecerle una experiencia mucho más interesante a sus comensales, Carlos Galkiewicz creó Casa de Extraños, un lugar de cenas clandestinas en el que hace énfasis en el tema social, además de sus preparaciones culinarias.
La velada se desarrolla en el propio departamento del diseñador gráfico convertido en Chef y está compuesta por cinco pasos, cada uno de ellos inspirado en diferentes regiones de Colombia, pero dejando a un lado lo típico. En total es una comida para solo 12 personas, que además pueden ver toda la preparación de los platos.
La idea es lograr la interacción entre todos los invitados, quienes no se conocen entre sí. A partir de esta premisa, ha decidido sólo incursionar en pequeños grupos de personas para sus cenas.
Las reservas se realizan por redes sociales y tienen un precio alrededor de USD 18.
De tal Madre
Esta experiencia se diferencia de las anteriores porque la dinámica varía. Cada semana, diferentes chef ofrecen cenas inspiradas en sus madres y sus mejores recetas.
Estas cenas clandestinas están batiendo récords y casi siempre en sus redes sociales está el sello de sold out. La información se publica en sus redes sociales y las locaciones son tan diferentes como las ofertas gastronómicas.
También brindan servicio de catering, celebraciones privadas y catas de vino. El costo de la reserva ronda los USD 25.
¿Interesante verdad? Ya sabes, si quisieras planificar un viaje por la ciudad de Bogotá, esta será una alternativa para escapar a la cocina convencional y, sin dudas, una nueva y divertida forma de experimentar la estadía.