Una abogada amante de los animales pone en marcha este acogedor local donde no solo podes tomar algo caliente mientras disfrutas de la compañía de los felinos, sino que también está la posibilidad de adoptarlos
Si te gusta disfrutar tanto de un buen café como de estar en compañía de una mascota, en Bilbao acaba de abrir el lugar indicado para ti. Bajo el apropiado nombre de El Salón de Mi Casa, se trata de una cafetería con inquilinos en la que el cliente no es el protagonista, sino que lo son sus gatos.
En este espacio recién inaugurado está permitido interactuar y jugar con los gatos mientras se disfruta de algo de beber o incluso de comer. De esta forma, se combina el placer de salir a tomar algo con la gatoterapia, una práctica relacionada a disfrutar de la compañía de estos animales para, entre otras cosas, reducir el estrés y también la ansiedad. Todo ello, por su puesto, con la condición de respetar el espacio y el descanso de estos animales.
Actualmente el lugar cuenta con 7 los gatos que viven llenos de amor y cariño. Sin embargo, ese número podría cambiar de un momento a otro, ya que se trata de crías que buscan un hogar y que cualquier cliente puede adoptar. Por lo tanto, la iniciativa tiene también sus fines solidarios, y el café es lo actúa como intermediario entre las protectoras y los posibles adoptantes.
Tal y como informa EITB en su reportaje, se trata del primer café de gatos de todo Euskadi. Abrió sus puertas hace tan solo un par días, a finales del pasado mes de octubre, en el número 5 de la Kristo Kalea, y ya es un completo éxito en la zona.
A pesar de tratarse de toda una novedad en la ciudad y en el territorio, este tipo de cafeterías felinas ya se encuentran distribuidas en otros puntos de la geografía nacional, como es el caso de las ciudades de Madrid y Barcelona.
Este concepto de establecimiento llega a Euskadi después de un viaje de miles de kilómetros desde Japón, donde se le conoce como neko cafe. Se trata de un tipo de local especialmente popular en el país nipón, aunque su origen se remonta a finales de la década de los 90 en Taiwán. Desde entonces, los cafés de gatos se han ido extendiendo por todo el continente asiático y, ahora, también por el resto del mundo.
