Fiona Melbul, de 27 años, gastó una fortuna en un viaje a los Estados Unidos porque quería que sus amigas y amigos se pusieran celosos al ver sus fotos en Instagram.
Ella le dijo en el programa de noticias australiano A Current Affair: «Haces 10 – 20 tomas para lograr la foto perfecta, publicas en las redes sociales, luego esperas a que tus amigos lo vean. Luego obtienes todos esos comentarios de que están celosos. Me hace sentir bien que puedo hacer eso”.
Cuando su hermano le dijo que iría a Estados Unidos, decidió unirse a él en un viaje de seis semanas, aunque sabía que no podía pagarlo.
Ella dijo: «Creo que el viaje, en general, cuesta alrededor de 10k».
La búsqueda de la admiración de las redes sociales por parte de la Fiona hizo que la deuda de su tarjeta de crédito llegara a los 20.000 dólares, por lo que tuvo que volver a vivir con sus padres.
La psicóloga Christine Bagley-Jones dijo a A Current Affair que una publicación sobre su vida en las redes sociales puede pensar que el dinero es la clave de la felicidad.
«Es esa gratificación instantánea, te da un poco de prisa cuando gastas, tu mente comienza a liberar la dopamina y la serotonina que nos entusiasman a todos».
«Pero es de corta duración, y las consecuencias a largo plazo son bastante devastadoras para algunos».
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