Agricultores senegaleses están en proceso de construir su propia Gran Muralla, pero la suya tiene un giro que la gace diferente. Será completamente verde.
Si tuviera que sobrevolar la ciudad de Boki Diawe, en el noreste de Senegal, la vista de semillas recién sembradas en jardines circulares cuidadosamente planificados seguramente llamarían tu atención.
Los jardines, conocidos localmente como tolou keur, son la encarnación más reciente del proyecto de la Gran Muralla Verde. Fueron diseñados por Aly Ndiaye, un ingeniero agrícola senegalés que no pudo salir de Senegal cuando se cerraron las fronteras.
La iniciativa, que fue lanzada en 2007 por la Unión Africana con el apoyo de la Unión Europea, el Banco Mundial y las Naciones Unidas, originalmente tenía la intención de ayudar a prevenir la desertificación sofocando el Sahara a medida que avanzaba hacia el sur. El plan era plantar un cinturón de árboles de 16 kilómetros de ancho y 7,000 kilómetros de largo en la región del Sahel, desde Senegal hasta Djibouti.
Sin embargo, el programa tropezó con varios problemas, incluida la dificultad de plantar árboles en la reseca sabana y la falta de financiación. Según estimaciones de la ONU citadas por Reuters, el programa general solo ha logrado plantar el 4% de los 100 millones de hectáreas de árboles comprometidos, y completarlo para 2030 como se esperaba podría costar hasta 43 mil millones de dólares.
Los jardines circulares representa un enfoque nuevo y más localizado del proyecto Green Wall.
Jardines circulares para detener el desierto
En los jardines se pueden encontrar plantas y árboles resistentes a climas cálidos y secos, como la papaya y el mango, y una de las hileras curvas interiores está incluso dedicada a plantas medicinales. Tres meses después de la finalización de un jardín, sus agentes comienzan una serie de inspecciones mensuales de dos años para verificar el progreso.
Pero, podría preguntarse, ¿por qué se plantan en un patrón circular? La razón de esto es que los lechos circulares permiten que las raíces crezcan hacia adentro. Esto atrapa líquidos y bacterias y mejora la retención de agua y el compostaje.
Según la agencia de reforestación de Senegal, los jardines ‘Tolou Keur’, que aparentemente fueron en parte una respuesta a la pandemia de COVID-19 y suman aproximadamente dos docenas en la actualidad, han prosperado desde que comenzó el proyecto hace siete meses. Cuando Senegal tuvo que cerrar su frontera al coronavirus, las aldeas tuvieron que volverse más autosuficientes ya que muchas dependían de alimentos y medicinas extranjeras. Así nació el proyecto.
Los organizadores esperan que se construyan cientos de esos jardines como parte del proyecto, lo que aumentará la seguridad alimentaria, reducirá la desertificación regional e involucrará a miles de trabajadores comunitarios.