En los últimos días se conoció la sentencia final a la causa que realizaba un seguimiento exhaustivo con relación al accidente del vuelo Río-París que tuvo lugar en el año 2009 y provocó la muerte de 228 personas -216 pasajeros y 12 tripulantes- que se encontraban a bordo. Para la justicia francesa «no se pudo demostrar ningún vínculo causal seguro» entre las dos empresas y lo ocurrido.
Pronto serán ya 14 años de aquel triste suceso: la noche del 1° de junio de 2009, el vuelo AF447 de la compañía Air France despegó del aeropuerto Galeao de Río de Janeiro con destino final París. Tras haber comenzado su travesía sobre el océano Atlántico, desapareció de los radares unas horas mientras atravesaba una tormenta y finalmente se desplomó en pleno vuelo.
El accidente del vuelo Río-París se trató del accidente con el mayor número de muertes en la historia de Air France y la mayor tragedia aérea ocurrida en Francia hasta el momento, además de ser el accidente con mayor número de víctimas mortales ocurrido con un Airbus A330.
Como consecuencia de aquel fatídico episodio, ambas empresas fueron juzgadas por homicidios involuntarios. Sin embargo, casi 14 años después de la catástrofe, precisamente el pasado lunes 17 de abril, los fiscales determinaron que no se pudo demostrar la culpabilidad formal y el tribunal de París absolvió a las dos compañías argumentando que «no se pudo demostrar ningún vínculo causal seguro».
Es decir, la Justicia de Francia absolvió al fabricante europeo Airbus y a la compañía aérea Air France. Sin dudas, una buena noticia para las reconocidas compañías pero un anuncio de mucha tristeza para los familiares de las víctimas, quienes se mostraron angustiados y disconformes con la sentencia.
En contra de todas las expectativas de las familias de los fallecidos, el tribunal conformado por tres jueces concluyó que no había pruebas suficientes de una conexión directa entre las decisiones de la empresa y el accidente, dado que la investigación señaló que fueron varios los factores que derivaron en la tragedia aérea. De haber sido condenadas, tanto Airbus como Air France hubieran enfrentado multas de hasta 219.000 dólares cada una.
Por su parte, las cajas negras del avión confirmaron que los pilotos fueron incapaces de frenar la caída de la aeronave tras verse desorientados por una falla en las sondas de velocidad Pitot que se produjo en menos de cinco minutos. En la aeronave accidentada, un A330 con matrícula F-GZCP, viajaban pasajeros de 33 nacionalidades diferentes: entre ellos, 61 franceses, 58 brasileños, 28 alemanes, 9 italianos, 2 españoles y un argentino.
Según trascendió por aquel entonces, los primeros restos de la aeronave y los cuerpos de las víctimas fueron encontrados los días posteriores al accidente, aunque la totalidad del aparato no fue hallada hasta dos años después de lo ocurrido y a unos 3900 metros de profundidad.