Un nuevo episodio de tensión sacude a Air India. En la madrugada del martes, la aerolínea inmovilizó un vuelo procedente de San Francisco tras detectar una falla técnica en uno de sus motores durante una escala en Calcuta. La decisión obligó a desembarcar a todos los pasajeros, quienes permanecieron más de cuatro horas a bordo antes de recibir la orden de evacuación por parte del capitán.

El avión, un Boeing 777-200LR identificado como el vuelo AI-180, había aterrizado en el Aeropuerto Internacional Netaji Subhash Chandra Bose a las 00:45 hora local para una parada programada. Fue durante las revisiones técnicas que se identificó una anomalía en el motor izquierdo, según informó la agencia india PTI.
Este incidente ocurre en un momento de máxima tensión para la compañía, que sigue bajo escrutinio tras el fatal accidente ocurrido el pasado viernes, cuando el vuelo AI-171, un Boeing 787 Dreamliner, se estrelló segundos después de despegar de Ahmedabad con destino a Londres. En esa tragedia murieron 241 de las 242 personas a bordo, incluyendo al piloto, el capitán Sumeet Sabharwal, de 56 años. Además, decenas de personas en tierra perdieron la vida, elevando el número total de víctimas fatales a más de 270.

Las autoridades indias confirmaron hoy que ya fueron identificados 135 cuerpos mediante pruebas de ADN, de los cuales 101 restos fueron entregados a sus familias. La magnitud del accidente y el estado de los cuerpos obligaron a recurrir a métodos forenses avanzados.
Este segundo incidente, aunque sin consecuencias fatales, intensifica las preocupaciones sobre la seguridad operativa de Air India y pone en la mira a la Dirección General de Aviación Civil de la India, que continúa investigando las causas del accidente del AI-171.
En medio del duelo y la tensión, Air India enfrenta una de sus peores crisis de reputación en décadas, con dos situaciones críticas en menos de una semana y un público que comienza a cuestionar seriamente la seguridad de la principal aerolínea del país.