Andorra ha trazado un nuevo rumbo lingüístico con la aprobación, por consenso de los grupos parlamentarios, de una medida que requerirá un nivel mínimo de catalán para quienes busquen residir en este territorio a partir del año 2029. Este paso, inscrito en el proyecto de Ley de la lengua propia y oficial, busca preservar y fortalecer el catalán como un elemento esencial de la identidad andorrana.
A través de un complejo proceso que ha implicado unas cincuenta enmiendas y transacciones, se ha forjado un compromiso que refleja las diversas perspectivas representadas en el parlamento. El objetivo, en última instancia, es salvaguardar el legado lingüístico de Andorra y garantizar el derecho de sus habitantes a ser atendidos en catalán.
Para aquellos solicitantes de permiso de residencia, se requerirá la participación en un curso de formación de catalán de 30 horas, salvo que puedan demostrar un dominio adecuado del idioma. En cuanto a las renovaciones, se establece el nivel A1 de catalán para la primera y el nivel A2 para la segunda, a partir del 26 de abril de 2026, una vez aprobada la ley.
Esta medida se extenderá progresivamente a otros permisos de inmigración en un plazo de cinco años, abarcando a residentes pasivos y hasta a los influyentes youtubers. Además, se han implementado mecanismos de refuerzo y se ha delineado un régimen sancionador más preciso para garantizar el cumplimiento de la normativa.
Los grupos parlamentarios han celebrado este logro como una «misión integradora», que fusiona el aprendizaje gradual del catalán por parte de los nuevos llegados con la acreditación lingüística en los permisos de inmigración. Este proceso de consenso ha sido clave para convertir las diversas propuestas en mejoras tangibles que enriquecen el patrimonio lingüístico de Andorra.
Esta medida representa un paso significativo en la protección y promoción de la diversidad lingüística en Europa, fortaleciendo el compromiso de Andorra con su identidad cultural y lingüística en un mundo cada vez más interconectado.
