Argelia negó haber maltratado a migrantes en medio de reclamos de que abandonó más de 13.000 en el desierto del Sahara en los últimos 14 meses, incluidas mujeres embarazadas y niños.
Según los informes que se dieron a conocer, el país expulsó a los migrantes sin comida ni agua y los obligó a caminar, a veces a punta de pistola, bajo el intenso calor. Mientras que otros vagaron durante días antes de que un escuadrón de rescate de la ONU los encontrara. Pero en su mayoría, números incalculables muerieron, desaparecieron en el Sahara.
«Las mujeres estaban muertas, los hombres… Otras personas desaparecieron en el desierto porque no conocían el camino. Todo el mundo estaba solo», dijo Janet Kamara, que estaba embarazada en ese momento.
Ella recordó al menos dos noches al aire libre antes de que su grupo fuera rescatado, pero dijo que perdió la noción del tiempo.
Las expulsiones masivas de Argelia han repuntado desde octubre de 2017, cuando la Unión Europea renovó la presión sobre los países del norte de África para que excluyan a los migrantes que se dirijan hacia el norte a Europa a través del Mar Mediterráneo o las barreras con España.
En total, según la OIM, un total de 11.276 hombres, mujeres y niños sobrevivieron a la marcha. Al menos otros 2.500 se vieron obligados en una caminata similar a la vecina Mali, con un número desconocido que sucumbió en el camino.
Las autoridades argelinas se negaron a hacer comentarios. Pero en el pasado Argelia negó las críticas de que está cometiendo abusos contra los derechos al abandonar a los inmigrantes en el desierto y calificó las acusaciones como una «campaña maliciosa» destinada a inflamar a los países vecinos.