Desde la visita de Herodoto en el siglo IV AC, los monumentos del antiguo Egipto han atraído turistas a través del Mediterráneo desde Europa, sobre todo gracias a las imponentes pirámides de Giza.
Con la terminación del canal de Suez en 1869, las visitas de los turistas (adinerados, claro) aumentaron. Ese mismo año, el magnate de los viajes, Thomas Cook, ofreció su primera gira por Palestina y el Nilo, y en los años siguientes puso en marcha grandes barcos a vapor regulares a navegar sobre el río.
El descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922 renovó la fascinación egipcia entre los europeos.
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Aunque muchos turistas se conformaban con posar para las fotosen frente de la gran esfinge y las pirámides (sí sí, no había cámara frontal para las selfies en esos años), los más aventureros querían tener la vista desde la parte superior de la pirámide de Keops (148 metros de altura).
La piedra caliza blanca lisa que una vez había cubierto la pirámide, hacía tiempo había sido sacada (robada) para edificios en El Cairo, dejando los bloques estructurales funcionando como escalera para los turistas y los guías locales.
Estas fotos son de la llegada de los primeros turistas británicos a Egipto quienes exploraban la Gran Pirámide, y subían para obtener una vista única (hoy totalmente prohibida)
Fuente: Retronaut