Las autoridades de Canberra, en Australia, le han declarado la guerra a la basura. A partir de ahora, los ciudadanos que ensucien la ciudad recibirán multas de 500 dólares australianos, por tirar una colilla al suelo.
Éstas medidas han sido tomadas para poner freno al aumento de la suciedad y basura que ha sufrido en los últimos tiempos la ciudad, así como al gasto invertido en su limpieza.
La nueva ley permite que las autoridades utilicen las cámaras de seguridad existentes en las calles para controlar la basura que arrojen los coches, ya sea cuando estén en movimiento o cuando se usen para dejar objetos como colchones o muebles en lugares que no hayan sido autorizados por las autoridades previamente.
Si se arroja basura desde un vehículo, será responsabilidad del propietario del vehículo afrontar la multa.
El ministro de Servicios Municipales de Australia, Chris Steel, presentó un proyecto de ley para revisar exhaustivamente las leyes de basura del territorio, elevando por ejemplo la multa por arrojar los cigarros al suelo, de 60 dólares hasta los 500.
Steel dijo que las nuevas leyes fortalecerían las medidas gubernamentales disponibles para combatir la basura, en un esfuerzo por reducirla y disuadir a las personas de arrojarla donde no se debe.