Hace no mucho tiempo, el título del perro más viejo con vida era portado por Spike, un chihuahua de 23 años; mientras tanto, el récord al perro más viejo de la historia era ostentado por Bluey, un pastor australiano que vivió hasta los 29 años y 5 meses y murió en el año 1939. Ahora, la entidad a cargo de coleccionar los diferentes récords mundiales, tanto en los logros humanos como del mundo natural, ha encontrado a Bobi como nuevo «héroe».
Bobi, un perro de raza mastín de 30 años y 267 días de edad, fue reconocido este jueves con el Récord Guiness pasando a ser el perro más viejo de la historia en el mundo y el perro más viejo con vida: Bobi nació el 11 de mayo de 1992 y vive actualmente en Portugal. “Bobi no es solo el perro más viejo viviente, sino el más viejo hasta la fecha”, publicó la organización del galardón en su página web.
Según ha trascendido, Bobi reside en el municipio de Leiria, en la región del Alentejo, en el centro de Portugal. Ha vivido junto a la familia Costa toda su vida en la localidad de Conqueiros, en el municipio de Leiria, en el distrito homónimo. La de Bobi se trata de una raza que es habitualmente empleada para proteger al ganado de depredadores: en Portugal es conocida como “rafeiro do Alentejo”.
Los mastín, caracterizados por ser perros grandes, fornidos, de cabeza redonda, orejas pequeñas y caídas, ojos encendidos y boca rasgada, tienen una esperanza de vida de unos 13 años, por lo que haber dado con la existencia de Bobi resulta toda una sorpresa: el ejemplar lleva más de 15 años de superado ese número.
¿Cómo lograron certificar efectivamente la fecha de nacimiento de Bobi? A decir verdad, habría que agradecer al sistema de archivo tradicional, es decir en papel, que permitió constatar este fascinante suceso: el Récord Guinness logró confirmar su edad ya que el perro se encuentra registrado desde 1992 en el servicio veterinario del municipio de Leiria y en el sistema nacional de control portugués SIAC.