En un giro significativo, el fabricante estadounidense de aviones Boeing anunció el miércoles la salida del responsable de su programa 737 MAX, menos de dos meses después de que un incidente de seguridad obligara a dejar en tierra temporalmente a 171 aviones de este modelo.
En un correo del director general de Boeing Commercial Airplanes (BCA), Stanley Deal, enviado a los empleados del grupo y al cual la agencia AFP tuvo acceso, se anuncia la partida de Ed Clark, vicepresidente y director general del programa 737, quien también dirigía la usina de Renton, cerca de la sede histórica del grupo en Seattle (noroeste), luego de 18 años de “dedicado servicio a Boeing”. Katie Ringgold será su reemplazo.
Este cambio ocurre luego de que un avión 737 Max de Alaska Airlines sufriera el desprendimiento de un panel del fuselaje en pleno vuelo el 5 de enero, lo cual llevó a un aterrizaje de emergencia.
Aunque no hubo lesiones de importancia, los inspectores de seguridad señalaron que el incidente pudo haber tenido consecuencias catastróficas.
Clark ocupaba su puesto desde marzo de 2021, poco después de 20 meses de cuasi parálisis del programa MAX luego de dos accidentes fatales en 2018 y 2019.
Boeing nombró además a Elizabeth Lund para un puesto recién creado, de vicepresidente senior de calidad en la división de aviación comercial.
Clark se hizo cargo del programa MAX en 2021 mientras la compañía estaba acelerando la producción del avión, cuyo vuelo había sido prohibido en todo el mundo durante 20 meses después de dos accidentes fatales. Esos accidentes le costaron a Boeing miles de millones de dólares, dañaron su imagen y atrajeron un mayor escrutinio de la compañía por parte de los reguladores de todo el mundo.
El incidente de Alaska Airlines ocurrió poco después del despegue del Aeropuerto Internacional de Portland. A unos 16.000 pies, un panel conocido como tapón de puerta explotó en el avión, aterrorizando a los pasajeros y obligando a los pilotos a regresar a Portland para un aterrizaje de emergencia. El tapón es una barrera que se utiliza para tapar un hueco en la carrocería del avión donde opcionalmente se podría instalar una puerta de salida adicional. El percance podría haber sido mucho más catastrófico si el avión hubiera alcanzado la altitud de crucero.
Casi de inmediato, la Administración Federal de Aviación suspendió en tierra los aviones 737 MAX 9 en Estados Unidos. Autorizó a los aviones a volar después de que se realizaron las inspecciones, pero dijo que limitaría los planes de Boeing de aumentar la producción del MAX hasta que la agencia estuviera satisfecha de que Boeing pudiera demostrar que había solucionado sus problemas de calidad.