Una misteriosa bola de metal de 41 kilogramos apareció el pasado miércoles, 24 de Febrero, en una playa Harbour Island, en las Bahamas. La misma se encontraba parcialmente enterrada en la arena y se cree que podría ser una parte de alguna nave espacial.
Cuando sales a caminar por la playa esperas encontrar muchas cosas pero quizás una bola de metal de 41 kilogramos no sea una de ellas. Sin embargo, eso fue exactamente lo que encontró Manon Clarke cuando se encontraba caminando junto a su familia. Estaban paseando cuando de repente se encontraron con una bola que parecía una luna, plateada y brillante.
«Fuimos a caminar a un lugar diferente que el de siempre y noté esta cosa como una luna sobresaliendo de la arena«, explicó la ciudadana británica, Clarke, al sitio de noticias Independent. Clarke también declaró que podían ver que la esfera tenía algo escrito en ruso, por lo que decidieron continuar quitando la arena de alrededor para poder ver mejor, «lo que fue una movida valiente teniendo en cuenta que no teníamos ni idea qué era».
Si bien hasta el momento no se sabe cómo es que esta bola de metal llegó a la costa de Las Bahamas, algunos expertos en cuestiones espaciales creen que puede ser que se haya desprendido de algún satélite o de alguna nave espacial, específicamente de algún tanque con propulsor de hidracina, que es un compuesto químico que se utiliza como combustible.
El presidente de la compañía Virgin Galactic, Mark Morabito, quien se encuentra entrenando para ser astronauta, declaró a Independent que está un 99% seguro de que se trata de un tanque de hidracina de «un cohete de algún tipo». Esa tecnología, que no traslada tripulación, es la que se utiliza para enviar los satélites al espacio.
Respecto al texto en ruso que estaba grabado en la bola de metal, se trata de los detalles de la misma. Según informó Independent, establecen que tiene una temperatura operativa que va entre -170 y -196 grados centígrados, una capacidad de 43 litros, un peso máximo de 41 kilos, aproximadamente, y sugiere que puede haber sido construida en el año 2018.
Respecto a la sorpresa de haberse encontrado con este objeto, Clarke declaró que el no saber le genera un poco de emoción: «Pensar en todos los lugares de los que puede haber venido, cuánto tiempo pudo haber estado allí, cómo llegó«, y explicó que al vivir en una isla pequeña, un hallazgo como este genera gran emoción.
